Esta camiseta la hice hace mucho, a principios de verano. No había hecho entrada porque no estaba nada contenta con el resultado. Ahora ya no la veo tan mal y, oye, seguro que también sirve compartir los trabajos menos exitosos.
La tela de la cara es algodón de patchwork, la misma que usé en la camiseta del cactus que le hice a Maya. El pelo y los ojos son trozos de camisetas recicladas. Todo está cosido con la máquina, en zigzag abierto, excepto las pupilas, que están pintadas con rotulador textil.
No sé si lo que no me convence es la forma de la cara, el tamaño de los ojos, la forma de la boca o todo junto. En cualquier caso, Unai se la ha puesto bastante y, bueno, ha cumplido su función de camiseta dignamente.
¿Qué cambiaríais vosotros?
Yo no cambiaría nada, la veo monstruosamente adorable.
ResponderEliminarYo la encuentro muy graciosa, Marta!
ResponderEliminarGracias, chicas. Me alegro de que os guste. De verdad que no sé por qué me gusta tan poco (que tampoco es que me disguste, pero me llama cero la atención).
ResponderEliminarComo mola! que blog más chulo, cuantas ideas tienes! Tienes nueva seguidora. Besito
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