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lunes, 10 de noviembre de 2014

Álbum de fotos chusquerillo

Llevamos tres años de guardería (uno del mayor y dos del pequeño). Todos los años nos pedían una foto de familia y ningún año la llevamos, porque no somos de fotos y no teníamos ninguna de los cuatro. O porque, después de hacérnosla, se nos olvidó imprimirla y llevarla a la guarde.

Este año pedían un álbum familiar. *cara del niño de Solo en casa*

¡Y lo hemos conseguido! Aunque para rellenarlo, hemos pillado fotos familiares del WhatsApp y la foto de los cuatro que nos hicimos el año pasado. Nada actualizado, pero ha quedado resultón.

Idea del nombre tomada de los tuneos de carpetas de La Lío Parda.
En principio, quería hacer un álbum forrado de esta tela de cámaras tan chula que me regalaron...


pero los planes no salieron bien y no daba tiempo a empezar de cero. Al final, se quedó en la goma EVA y le añadí la decoración del nombre y los botones a las 7 de la mañana antes de llevarlo a la guarde (de ahí las manchas de pegamento por doquier; a esas horas no ando muy fina).

Por dentro, hojas para clasificador de fotos cortadas en dos. Tenían tamaño DIN A4 y cabían dos. Para tapar los agujeros del clasificador, cinta decorativa de casitas. La única que tenía.

Mi impresora está mal y hace ese borde azul tan decorativo,
además de manchurrear toda la hoja siempre que imprimes en color.
Las hojas están unidas con cinta adhesiva transparente y pensé que podría coserlas a la goma EVA por el centro, pero no, la cinta adhesiva se rompe. Chof. Al final las encolé con pegamiento caliente y tapé el horror que se esconde en el centro con un trozo de lana de colores. No sé cuánto durará.


Ya fui a imprimir a una tienda y sustituí las fotos, pero no tengo pruebas gráficas de ello.

Si hubiera sabido que no lo iba a forrar, habría elegido otro color más alegrito. Ahora, solo espero que aguante el trote de las manitas pequeñas. :)

lunes, 13 de octubre de 2014

Mochila para la ropa sucia

Semiestrenamos mochila este curso. Y publico hoy para seguir, aunque sea en parte, la iniciativa de Naii de publicar un antes y un después.


La del año pasado se nos hacía pequeña, así que la corté por abajo y le hice un añadido. Mucho más birrioso que la mochila original que se perdió, aunque cumple su cometido: alargar la mochila. Disculpad que no se vea entera. No quería alargar las tiras de trapillo porque ya tenían el tamaño perfecto.


Gracias a esto, quité los enganches del cordón que tan mal habían quedado. Aguantaron todo el curso, pero tenían mala pinta.


Es laaaarga y el peque no la puede llevar. Pero no arrastra por el suelo en la percha de la guarde y cabe de todo.


En esta foto del primer día de cole, llevaba 5 pañales, un paquete de esponjas jabonosas, un juego de sábanas, dos mudas de ropa completas, una bata de pintura, dos toallas de cambiador, dos baberos, un tubo de pomada para el culete, un paquete de toallitas húmedas, una cajita para ordenar los pañales y las esponjas en la taquilla... y fotos. Vale, eso último no abulta casi. :)

Por dentro, todo con costuras francesas, porque no va forrada.


Y como habréis visto, utilicé mi sellito nuevo en una cinta de algodón. Prefiero no gastar mis preciosas etiquetas tejidas en estas cosas «guarretosas».


Aprovecho para comentar que, a partir de ahora, intentaré ir editando las entradas antiguas con fotos de cómo han aguantado los lavados las cosas que hago. Creo que es útil. Ya os avisaré de las ediciones a través de mi página de Facebook.

viernes, 3 de octubre de 2014

Toallas para cambiador

El mes pasado, además de traducir cierta revista y recopilar nombres para un sorteo, también hice otras cositas.

Estrené mi herramienta para hacer bies.


Y usé el bies para hacerle a mi hijo pequeño la segunda toalla para cambiador que pedían este año en la guardería.

Algún día cortaré la toalla en línea recta de verdad.
Estoy contenta porque he cuadrado bien los pespuntes por los dos lados. ¡Me cuesta un motón!



Y la unión del bies casi pasa desapercibida (abajo), a diferencia de la unión del cambiador que hice el año pasado (arriba).


También estrené mi nuevo sello.


Se supone que es para papel, pero funciona bien en las cintas de algodón y no sufre demasiado con los lavados por lo que he podido comprobar (foto hecha tras lavar). Debe de llevar la misma tinta «lavable» que los rotuladores de mis hijos.

Son sobrias y ya no van a juego con la bata del peque, pero siguen haciendo juego con la mochila. Ya os enseño otro día cómo la he actualizado.

Misma tela de toalla. ¡Fijaos cómo se va el color con los lavados!
La faena es que, al tener que dejar esta segunda toalla en la guarde, me volví a quedar sin toalla para nuestra bolsita de los pañales (en verano, hemos estado usando la de la guarde). Para nuestras salidas, volvemos a los cambiadores desechables. Chof. Aunque nos duran un montón y, además, los usamos cortados por la mitad para que queden del mismo tamaño que las toallas estas, ¡así que todavía seguimos con el primer paquete que alguien nos regaló cuando nació el mayor!

lunes, 15 de septiembre de 2014

Bata de guardería II

Hoy hemos empezado el cole. Mi hijo mayor (casi 4 años) ha ido encantado. El peque, destinatario de esta bata, ha llegado triste a la guardería porque él también quería ir al cole del mayor (no lo culpo; el ambiente a la entrada era increíble de bueno). El año que viene será, peque.

En fin, esta será la bata de pintura de mi chiquitín:


Quería hacer otra bata mucho más molona, pero los astros no se alinearon. Así que recuperé el patrón de talla 2 que saqué para hacer la bata del año pasado (antes de reducir) y listo. Como es chiquitín y crece despacio, imagino que le durará todo el curso sin problemas.

¿Os habéis dado cuenta de lo difícil que es encontrar patrones de batas gratis en Internet? Si consigo digitalizar estos patrones míos de alguna manera, los colgaré. ¡Prometido! No son perfectos, pero hacen el apaño si lo que buscas es algo sencillísimo de hacer y sin botones ni complicaciones para los más pequeños.

Unos detallitos...


Con la vuelta al cole ¡ya tengo mis propias etiquetas! ¿Veis la manzanita abajo a la derecha? ¿A que mola mil? Sí, son una pijotada innecesaria. Soy consciente.


Por dentro, bolsillo forrado de naranja.


Para colgar, una cinta de trapillo. Para rematar el cuello, un trocito del bies larguísimo que hice y que os enseñé en Facebook. Me gusta mucho rematar los cuellos así, porque quedan muy limpios y vistositos.

Le he puesto una etiqueta con el nombre por dentro porque no me daba tiempo a hacer bordados ni aplicaciones esta vez. Igual más adelante.


Por detrás, mi otra etiqueta personalizada. ¡Qué bonita es! Jijijijiji.

Gracias desde aquí a ese amigo que debería ser diseñador gráfico y que tanto me ha ayudado con el diseño de las etiquetas y demás. Sí, sí, se me ha ido un poco la pinza con las pijotadas. Ya os las iré enseñando. ;)

martes, 11 de febrero de 2014

Toalla para cambiador y baberos

Se supone que esto tendría que haberlo terminado a principio de curso. Bueno, solo llevo 5 meses de retraso. No está tan mal, ¿no?
En la foto faltan dos baberos con cuello naranja, los del día.

La toalla para el cambiador la dejé lista lo primero, aunque reconozco que tardé un mes en tenerla.

Perdón por lo mala que es la foto
Quería hacer los baberos a juego, con bies alrededor y el cuello rojo, pero me rendí ante la evidencia de que jamás tendría tiempo de hacer algo tan entretenido y decidí sacarle partido a la overlock: borde visto a 3 hilos para evitar deshilachados. Y puestos a cambiar de opinión, decidí usar las telas de puño que menos me convencían (por color o grosor) para darles salida en un proyecto así de tontorrón mejor que en prendas curradas.

La primera hornada de baberos, allá por octubre, salió así.

Quien me sigue en Facebook ya conoce esta foto...

Esta hornada me enseñó que el puño verde lima es muy delicado y estira mucho, pero que no se deforma tanto como esperaba. También me sirvió para volver a comprobar que los colores chillones, a poquitos, me disgustan menos. Y para probar con el tamaño del agujero: unos los hice más grandes que otros sin saber muy bien si le entrarían a Elio por el cabezón o no.

Después de cinco meses haciendo malabares con las lavadoras para tener baberos durante toda la semana, hice una segunda hornada.


Esta vez, ya tenía más claro el tamaño del agujero y el ancho del puño. Y también que es mucho más rápido cortar y coser mil piezas iguales que ir cambiando de telas, así que los hice todos del mismo color. Antes de coser estos cuellos, el color no me atraía mucho y ahora veo que queda la mar de bonito. ¡Lo usaré para otras cosas sin duda!

Los fallos: usar la overlock con puntada de 4 hilos (y de distinto color) en la segunda hornada y no aprovechar para ponerles una trasera impermeable. Lo primero fue por ahorrar tiempo y esfuerzo, que cambiar los hilos y las tensiones es un poco rollo. Lo segundo, por no haberlo pensado a tiempo. Tendría que haber comprado una cortina de ducha barata o algo así, pero no caí en su momento. Me habría costado casi lo mismo y habrían aguantado mejor los días de sopa. Lástima.

¿Alguien sabe un modo rápido de poner nombres cuando la tela es de rizo? Hasta ahora no hemos perdido ninguno (son bastante particulares y saben de quién son), pero deberían ir con nombre como todo lo de la guardería y no se me ocurre ninguna forma rápida de ponérselos. :S

jueves, 3 de octubre de 2013

Minibata de guardería

Me apunté al CC de Diario de Naii para hacer una bata escolar. Me encantó el modelo 2, pero me fue imposible hacerlo empezarlo en plazo. Cuando llegó la hora de los tomates, imprimí el patrón con la intención de hacerlo más pequeñito por aquí y por allí para que le viniera bien a mi peque de 11 meses... Y no, no tengo nivel para semejante hazaña. Naii, haré la bata para que mi grandullón (que cumplirá 3 años en diciembre) pueda pintarrajear en casa sin mancharse la ropa. Pero, de momento, he tenido que aparcar este patrón tuyo tan requetechulo porque hay costuras urgentes.

La bata que tenía de Unai, talla 2, también le iba gigante a mi pulguita. Pero era una bata simple, de esas con manga raglán y goma en el cuello. Algo que quizás podía adaptar... Y así ha quedado mi versión para Elio.


Me tiré muchas horas para conseguir sacar el patrón y reducirlo. Cómo admiro a la gente que hace patrones, de verdad. Hala, ¡a cortar!


Uní todas las piezas por la sisa...


Luego cosí los laterales y le probé la bata al peque porque no las tenía todas conmigo de que fuera a quedarle bien. A pesar de que las mangas estaban un poco más estrechas de lo que deberían, ¡prueba superada! Ea, a hacer dobladillos.

En las mangas, dobladillo normal, con elástico por dentro. Lo que me parece más engorroso es el momento plancha para marcar los dobleces. ¡Qué calooooor!


 Ya casi se me había olvidado lo difícil es coser «tubos» chiquitinos, sobre todo cuando la tela no es elástica. Quedaron un poco churretosas, pero apenas se nota gracias al frunce del elástico. Menos da una piedra.

El bajo decidí hacerlo con una cinta al bies, para practicar. Antes de esta, solo había puesto la del organizador de pared y eso lo hice con mucho relax porque me daba igual que quedara fatal.


Prueba (casi) superada. El hilo del pespunte lo puse en rojo para que contrastara y le diera un poquito de interés...


y terminé metiendo la pata en la parte de atrás.


La única metedura de pata de toda la vuelta. Balance positivo, según mi opinión. Además, he visto en Pinterest una forma de arreglar el desaguisado sin tener que deshacerlo todo. Si algún día me veo con ganas, igual lo arreglo.

En el cuello, cinta al bies en plano, para meter el elástico por dentro. ¡Y esta vez sí que me acordé de poner la cinta de trapillo para colgar!


Para terminar, un bolsillo con su nombre, asegurado con hilo desde ya porque va a ir muchas veces a la lavadora.


Volví a usar la aguja doble para el doblez de arriba y, aunque sé que tendría que haber reforzado el lateral superior del bolsillo mejor, estaba ya muy cansada y lo hice así de chapucerillo. Espero que aguante. Creo que Elio todavía no sabe lo que es un bolsillo. :D


Al peque le entra y tiene pinta de bata. Creo que puedo darme con un canto en los dientes. ¿Sabéis que vi minibatas de talla 0 en una tienda, pregunté el precio y valían 12 euros? Creo que tendría que haberla comprado, pero me daba rabia archivar esta tela que ya tenía comprada y siempre da satisfacción hacer algo que llevabas tiempo planeando hacer, aunque sea en plan exprés.

Además, iba a juego con esta mochila que le hice para la ropa sucia. Lástima que nos haya durado apenas un par de semanas. Hace unos días se cayó de camino a casa (unos 250 metros; 3 minutos andando) y debe de ser que a alguien le gustó mucho, porque no la hemos encontrado. Te echaré de menos, mochilita.


Me tocará hacer otra, pero será mucho más sencilla, eso seguro.

martes, 24 de septiembre de 2013

Bolsa-mochila para la ropa sucia

En nuestra guardería, como en todas, nos han pedido que llevemos una bolsa para ir guardando la ropa sucia de Elio. Por la experiencia con Unai, decidí hacerla grandota para que cupiera, en caso de necesidad, una muda de ropa, la toalla y la sábana. Con Unai volvió todo junto a casa más de una vez. Y quería que fuera tipo mochila porque muchas veces nos vamos al parque directos y es un engorro tener que llevar la dichosa bolsita de la mano.

Ya colgué en Facebook la foto de la mochila en estado utilizable que llevé al principio. Ahora ya le he puesto el nombre y las «cuerdas» del color que quería, así que os enseño la bolsa con detalle.

Así ha quedado la bolsa terminada.


Como se puede ver en la esquina superior izquierda, a la maestra le faltó tiempo para darle al bolígrafo. ¡Maldita sea mi estampa por dejármela en la clase aquel día! Al menos no lo puso con rotulador grueso y en todo el centro, pero espero ser capaz de quitar la tinta. Cualquier sugerencia será bienvenida. :)

Aquí el aplique con más detalle. Me falta asegurarlo con hilo (lo haré, cuando pueda). Y, como podéis ver encima, aproveché para estrenarme con la aguja doble. Reconozco que me gusta mucho y no es nada difícil de utilizar, pero yo sí tengo que modificar la tensión en mi máquina para que la costura quede bien.


Por dentro, rematada con la remalladora y poco más. Se ven los hilos, pero para ser una bolsa para llevar la ropa sucia, creo que está bastante decente.


Y le he añadido un lazo para poder colgarla cómodamente en el perchero de la clase (¡y en casa!). Quería haber hecho el colgador de trapillo, y por fuera, pero se me olvidó ponerlo antes de coser la parte superior. Las prisas.


Por último, un detallito de la cinta en la que van anudadas las cuerdas.


Compré un trozo porque me gustó mucho, pensando que me difícilmente iba a usarla con mis dos niños... Y no he tardado nada de nada en encontrarle el primer uso. Ya lo he dicho muchas veces, ¡me encantan las mariquitas!