Llegados a este punto, quería decorarle algún body a mi pequeño Elio, que pronto nacería. Con Unai había experimentado lo que es ponerle algo a tu bebé, echarlo a lavar, tardar una semana en poner la lavadora y, cuando está limpio, darte cuenta de que ya le queda pequeño. Frustración total.
No me apetecía hartarme de coser en los bodies, la verdad, así que me pareció un buen momento para probar a dibujar con los rotuladores textiles. No compré nada nuevo para Elio, así que me limité a decorar los bodies lisos que tenía de Unai.
En uno de ellos hice unos cuantos pajarillos según un dibujo que encontré por ahí (¡¡tengo que acordarme de guardar los enlaces!!).
En los otros, dibujé mariquitas (que me fascinan) y un dinosaurio la mar de mono (no es diseño mío tampoco, ojo).
Como estas cosas se quedan pequeñas tan rápido, no dio tiempo a lavarlas más de tres o cuatro veces. El body del dinosaurio se lo pasé a una amiga y, antes de dárselo, le pegué un repasito para que el color fuera más vivo, aunque no es que se hubiera borrado tanto. Los otros dos se han conservado bastante bien.
Vale, pintar es mucho más rápido que coser, pero no me satisface ni la mitad.
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