miércoles, 25 de septiembre de 2013

Tutorial: Cinturilla de tela con elástico ajustable

Estaba yo montando una especie de tutorial de unos pantalones parecidos a los que le hice a Unai para la boda (que son estos) y me he dado cuenta de que me sale más largo que un día sin pan. Así que lo voy a publicar en dos partes: el pantalón en sí y la cinturilla. Como esta última es lo más interesante, empezaré por ahí.

Quiero que conste que soy novatilla y que esto no es más que el proceso que sigo yo. Si alguien conoce una forma más fácil o algún truquillo, ¡que me lo comente, por favor!

Esto es lo que queremos conseguir:


No se ven por el flash, pero el elástico tiene ojales que, junto al botoncito, permiten ajustar el ancho del pantalón.

No es difícil, aunque se tarda un poco más que en hacer una cinturilla de tela normal. Para la versión normal, os dejo el enlace al tutorial de Mónica (Rojo Ababol). Ahí podéis ver cómo hacer la cinturilla con elástico de largo fijo y también los primeros pasos de cómo cortar y preparar la cinturilla. No tenía planeado hacer dos tutoriales distintos, así que el corte de las piezas y demás está en las fotos que publicaré para el pantalón.

Después de cortar y sobrehilar la pieza, doblamos por la mitad y cosemos el extremo pequeño. El largo de la cinturilla, una vez cosida, tiene que ser el mismo que el contorno del pantalón por arriba, como explica Mónica en su tutorial.


Abrimos esta costura a base de plancha y doblamos la pieza por la mitad, esta vez de forma longitudinal, con el revés hacia dentro. Aseguramos con alfileres y planchamos para que se marque bien el doblez.

Ay, vaya manchurrones en la tabla...

En la versión de pantalón largo, hice una costurita en la parte superior de la cinturilla que creo que quedó la mar de bien, como se puede ver en la primera foto de este tutorial. Pero este paso me lo salté para el pantalón corto porque me pasé un poco con la remalladora y recorté demasiado la cinturilla, así que se me quedaba muy justita para meter el elástico.

Uf, ¡justísimo!
 A continuación, marcamos los puntos en los que irán los ojales para el elástico. Yo los suelo poner unos 3-4 dedos desde el lateral, para que el frunce del elástico se quede en los laterales y la parte de atrás solamente.



Los ojales tienen que ser lo suficientemente grandes como para que pase el elástico, claro. Y hala, a coser ojales y luego abrirlos.


Me encanta esta tijera chiquitina y afiladísima para abrir ojales.

Ahora toca colocar el elástico ajustable. Cortamos un trozo que llegue cómodamente de ojal a ojal por la trasera del pantalón.



Lo metemos por un ojal y lo doblamos para que, cuando tiremos del elástico para ajustarlo, se quede lo más plano posible contra la barrigota del peque.


También hay que tener en cuenta que necesitamos un poquito de hueco entre el ojal y la costura del elástico para que entre el botón en el que fijaremos el elástico.



A mí me resulta difícil coser el elástico con el botón puesto, así que primero fijo el elástico con una puntada en zigzag, ida y vuelta para que quede bien seguro, y luego coso el botón.



El botón lo pongo a mano porque eso de poner botones con la máquina no se me da bien...


Después, repetimos el proceso en el otro lado. Comprobamos que el elástico está plano, pasamos por el ojal, damos vuelta, cosemos el elástico con un zigzag y colocamos el botón.


Ya solo falta preparar la cinturilla para coserla al pantalón.

Como hemos puesto el elástico antes de coser la cinturilla, hay que tener cuidado de no pillarlo con la máquina al fijar la cinturilla. Yo lo fijo con alfileres a la parte del doblez, lo más alejado posible del borde que vamos a coser.



Luego colocamos la cinturilla en su sitio, casando bien la costura con la costura trasera del pantalón, y poniendo el derecho con el derecho... ¡Y a coser!



Para terminar, le damos una planchadita a la costura para asentarla y listo. ¡Ya tenemos nuestra cinturilla ajustable!





martes, 24 de septiembre de 2013

Bolsa-mochila para la ropa sucia

En nuestra guardería, como en todas, nos han pedido que llevemos una bolsa para ir guardando la ropa sucia de Elio. Por la experiencia con Unai, decidí hacerla grandota para que cupiera, en caso de necesidad, una muda de ropa, la toalla y la sábana. Con Unai volvió todo junto a casa más de una vez. Y quería que fuera tipo mochila porque muchas veces nos vamos al parque directos y es un engorro tener que llevar la dichosa bolsita de la mano.

Ya colgué en Facebook la foto de la mochila en estado utilizable que llevé al principio. Ahora ya le he puesto el nombre y las «cuerdas» del color que quería, así que os enseño la bolsa con detalle.

Así ha quedado la bolsa terminada.


Como se puede ver en la esquina superior izquierda, a la maestra le faltó tiempo para darle al bolígrafo. ¡Maldita sea mi estampa por dejármela en la clase aquel día! Al menos no lo puso con rotulador grueso y en todo el centro, pero espero ser capaz de quitar la tinta. Cualquier sugerencia será bienvenida. :)

Aquí el aplique con más detalle. Me falta asegurarlo con hilo (lo haré, cuando pueda). Y, como podéis ver encima, aproveché para estrenarme con la aguja doble. Reconozco que me gusta mucho y no es nada difícil de utilizar, pero yo sí tengo que modificar la tensión en mi máquina para que la costura quede bien.


Por dentro, rematada con la remalladora y poco más. Se ven los hilos, pero para ser una bolsa para llevar la ropa sucia, creo que está bastante decente.


Y le he añadido un lazo para poder colgarla cómodamente en el perchero de la clase (¡y en casa!). Quería haber hecho el colgador de trapillo, y por fuera, pero se me olvidó ponerlo antes de coser la parte superior. Las prisas.


Por último, un detallito de la cinta en la que van anudadas las cuerdas.


Compré un trozo porque me gustó mucho, pensando que me difícilmente iba a usarla con mis dos niños... Y no he tardado nada de nada en encontrarle el primer uso. Ya lo he dicho muchas veces, ¡me encantan las mariquitas!

domingo, 22 de septiembre de 2013

Reciclaje horribilis

Hasta ahora, nunca había participado en ningún concurso o «Cose Conmigo». Y pongo «había», en pasado, ¡porque hoy me estreno!

Este es el concurso:

La imagen lleva a la web del concurso

Sinceramente, lo último que he pensado es en competir. En mi caso, he tenido dos motivaciones: Elio necesita pantalones y, tras leer la propuesta de La Pantigana, vi en casa de mis padres una prenda que me desafió a reciclarla. Cuando la inspiración viene de esa manera, ¿quién dice que no?

Aquí la tela en cuestión:


Como esto de las telas siempre va a gustos, imagino que igual hay alguien que esté pensando que no es tan fea. Estos son los motivos por los que es una tela horribilis para mí:

- No me gustan los colores neón (ya llevé colores «fosforitos» de niña y no quiero repetir, gracias).
- No me gusta el rosa.
- No me gustan los tejidos sintéticos (lycra, poliéster...).
- Esta tela se enrolla muchísimo, como se ve abajo, y mis habilidades son limitadas.

Menuda pelea. ¡Se enrollaban por los cuatro costados!

Pues eso, la tela reune todos los requisitos con una salvedad: me encantan las telas de rayas. ¡Por ahí te vas a librar, telita!

Hice las fotos de noche, solo tenía el móvil y olvidé poner el flash. Un desastre, vamos. Pero no os quiero privar de ver la prenda entera, en todo su esplendor, a pesar de que está borrosa y los colores no tienen nada que ver con la realidad (eso se ve mejor en cualquiera de las otras fotos).

Os hacéis una idea del efecto puestas, ¿no? :D

 Son de principios de los 90, de cuando estas cosas se llamaban mallas y no «leggins». Y no eran mías, no. ¡Eran de mi hermano! Gracias, mamá, por no tirar nada nunca. Para muestra de que son arcaicas, una foto de la etiqueta:



¿Como que «Made in Spain»? ¿No está hecho en Tailandia, China ni la India? ¡Qué cosas!

Ya no os mareo más, ¡esto es lo que he hecho!

Por delante.

Por detrás.

 Teniendo en cuenta que Elio gatea, es importante que el culete también vaya decorado.

Estoy muy orgullosa de lo rectas que me han quedado las costuras con la remalladora, y de lo bien que la calibré para la tela de rayas...



Tirón de orejas, en cambio, por no haberme acordado de coser los apliques ANTES de coser el pantalón. ¡Con lo fácil que habría sido y lo que me he peleado con las perneras!

Y este es el primer patrón que hago yo sola y que le queda bien al destinatario. ¡Ya era hora, hombre! Pienso repetirlo hasta la saciedad, aunque el próximo lo haré con un poco más de margen de costura.

Originalmente, pensaba hacer una banda arqueada tipo arco iris en el culete, pero esto es lo que pasaba con la tira que corté para hacer eso:

Imposible desenrollar...
 Así que nada, a improvisar un pequeño guiño a la expresión «más por menos» con tiras cortadas en la otra dirección.

Estoy deseando ver lo que han hecho los demás con sus telas horribilis. :)

lunes, 16 de septiembre de 2013

Tutorial: Flores de tela

¡Por fin he hecho flores de tela! Llevo tanto tiempo viéndolas en Pinterest... Pero soy tan poco dada a llevar flores, que me ha costado bastante encontrar una excusa para hacerlas.


Cuando supe que iría de boda por la noche, compré un par de fulares elásticos para hacer esto.

Fuente: Tutorial de Betz White

Quería coser los fulares para hacer las manguitas de dos colores, uno por fuera y uno por dentro. Pero al final no lo hice por falta de tiempo. Así que pensé que al menos podía adornar algunos complementos con esas telas... ¡A hacer flores!

Ya hay mil tutoriales sobre cómo hacer flores de tela... Vale, igual no son mil, pero hay muchísimos. Reconozco que todos los que he visto yo están en inglés (que no significa que no los haya en castellano), así que me voy a lanzar a hacer mi primer tutorial con esta chorradilla. Siento que las fotos sean tan malas.

Materiales:
- Unos trozos de tela (a mí me gusta la de camiseta)
- Unos círculos de fieltro
- Pegamento (recomiendo una pistola de pegamento caliente)
- Paciencia


Mucha gente recorta la tela de los pétalos en forma de círculo y he visto que queda bien, pero a mí me gustó más cómo quedaban las flores con bordes irregulares. No hace falta que sean perfectas e imagino que cualquier forma de bordes irregulares puede servir. Por si le vienen bien a alguien, he colgado mis plantillas aquí.

Doblé una tira de tela en plan acordeón, la aseguré con alfileres y pinté la silueta de flor con ayuda de la plantilla. Usé un rotulador textil temporal, de los que se van con solo humedecer el tejido.



Luego, a recortar por la línea... como buenamente pude.



En la tela azul, la tiza blanca no se veía bien (se iba borrando cuando pasaba el dedo por encima), así que fijé la plantilla de papel con el alfiler y la dejé ahí mientras recortaba. Ocho capas de tela son muchas capas si queremos recortar con precisión... A mí no me pareció necesario que quedaran todas las capas perfectas y era un poco tarde, así que corté las ocho a la vez. En la segunda tanda, corté los dobleces del acordeón antes de recortar la flor y eso facilitó la tarea.



Ahora recortamos un círculo de fieltro ligeramente más pequeño que los pétalos.



Doblamos los pétalos por la mitad y por la mitad otra vez. Yo los doblé todos y los fijé temporalmente con alfileres para luego pegar rápido.



Como veis, mi tela está arrugada. El fular venía así y pensé que eso ayudaría a que las flores tuvieran más volumen. Ahora creo que habrían quedado mejor si hubiera planchado la tela, porque las flores amarillas (fular sin arrugas) quedaron más bonitas que las azules (fular arrugado). Lo tendré en cuenta para otras ocasiones.

Gotita de pegamento al centro del fieltro y a pegar pétalos: cuatro.

En principio, usé este pegamento textil, el que uso para pegar los ojos móviles en las camisetas.



¡¡Error!! Tarda mucho en secar, atraviesa el tejido y te pega los dedos, atraviesa el fieltro y se carga tu maravillosa base de corte (foto abajo)... Un desastre.


Cambio de material: ¡a estrenar la pistola de pegamento que tenía guardada en la caja de las manualidades! Tenía ganas de usarla y me vino de perlas para esto.


Nunca había usado una pistola de pegamento y me estresé un poco con los hilillos que se quedan cuando apartas el cabezal después de dejar la gotita. Una vez secos, esos hilillos se arrancan con una facilidad increíble, así que no merece la pena sufrir por ellos. Como este pegamento se seca muy rápido, es mejor poner gotas pequeñas y hacer una gota por pétalo. Así quedan los cuatro primeros pétalos pegados.

Pongo foto de la segunda flor que hice (amarilla)
porque la primera quedó un poco guarreta con tanto cambio de pegamento.

Las flores pequeñas eran muy pequeñas y vi que no me daba para pegar otros cuatro pétalos encima de los cuatro primeros, así que puse tres. En la esquina inferior izquierda de la foto de abajo, donde señala la flecha blanca, se puede ver (mal) la flor pequeña con los cuatro primeros pétalos pegados. Para terminar estas flores pequeñas, en vez de doblar los pétalos por la mitad y por la mitad, doblé por la mitad y luego un trocín, para que me cubrieran el círculo a tercios (como se ve en la foto).


Para pegarlos, puse la parte «pequeña» del doblez abajo, de forma que quedara fijada con la gotita de pegamento. Y así quedaban listas las flores pequeñas, con siete pétalos.



Para las grandes, usé ocho pétalos grandes en dos filas y uno pequeñito en el centro de color distinto (el que me había sobrado de las pequeñas).

La segunda fila de cuatro pétalos tiene que ir «ladeada», es decir, con los pétalos pegados de forma que tapen las líneas que quedan de los primeros. Lo siento, no hice foto.

Para terminar estas flores más grandes, enrollamos el último pétalo, el pequeñín.


Gotita de pegamento en el centro, un poquito de presión y así quedan las flores grandes.



Igual quedan mejor con un pétalo grande en el centro, pero yo decidí aprovechar las sobrillas en lugar de recortar más tela del fular porque espero aprovecharlo para otra cosa.

Si buscáis en Internet o Pinterest, seguro que encontráis otros tutoriales con mejores fotos. Iré mejorando en esto de los tutoriales, espero.

Otro día os enseño a qué destiné las flores. Las hice pensando en una cosa y acabé haciendo otra, como me suele pasar.

martes, 3 de septiembre de 2013

Bandolera

Septiembre se presenta intenso. Los peques todavía no están en el cole, todavía no he preparado las cosas que necesitan (mochilas, baberos, batas...). Y es que todavía no tengo mi máquina. ¡La semana que viene va a ser de traca!

Mientras tanto, por fin he sacado un hueco para hacer algunas fotos y terminar esta entrada. Así ha quedado mi experimiento de bandolera, bastante arrugadita ya por el uso.




¿Por qué he hecho una? Es una larga historia. Si solo quieres ver cómo la hice, salta al párrafo que está encima de la próxima foto. :D

Cuando Unai nació, los compañeros de trabajo de mi pareja hicieron piña para regalarnos un complemento maravilloso: un mei tai. Eligieron uno de la marca Ebaluh, un pequeño negocio de Barcelona que, por lo que veo en su web ahora, ha ampliado su oferta con otros productos. Bien por ellos. Si no recuerdo mal, nuestros amigos fueron al taller y pudieron elegir las telas y demás. ¡Viva el comercio de cercanía!

El mei tai lo hemos usado muchísimo, al igual que un fular elástico que nos regaló mi hermano. Y lo seguiremos usando, porque es cómodo, rápido de poner y todo lo fresquito que se puede esperar de un método de porteo (el bebé va pegado a tu cuerpo sí o sí). Pero tiene un defecto: aunque es bastante pequeño y ligero para llevar, no cabe en el bolso «por si acaso».

Lo llevamos muchas veces en el carro por si las moscas, pero es un bulto aparte del que tenemos que acordarnos antes de salir. Y últimamente Unai se pone en huelga de andar con frecuencia, así que acabamos sentándolo a él en el carro y  acarreando a Elio a brazo pelao. Elio es pequeño, pero pesa 9 kilazos que se convierten en un quintal al cabo de pocos segundos, y en tonelada y media al cabo de 10 minutos.

Por eso decidí que necesitábamos algo más ligero y plegable. Sinceramente, creo que lo que buscábamos era un pouch (si alguien no sabe lo que es, puede mirar los portabebés de esta tienda), pero mi pareja y yo somos de tallas muy distintas, así que necesitaríamos dos (meeeeec, más bultos). Además, como ya tenía compradas unas anillas para bandolera, me decidí por esta opción. (¿Ves, cariño? Al final sieeeempre uso lo que compro.)

Con la ayuda de este tutorial de Mis Canguritos y tras comprar una tela de lino y algodón que se veía igual por los dos lados, me puse manos a la obra. Esta pinta tiene nuestra bandolera con dos de mis guapísimos modelos dentro:

Podría estar mejor puesta, sí...
Las anillas deberían quedar a la altura de la clavícula, dicen.
¿Qué tiene mi plancha que se lleva tan mal con según qué telas? No había forma humana de planchar el dobladillo para no tener que hilvanar. No buscaba la perfección, así que me dio un poco igual y seguí cosiendo.

¿Y cuánto tiempo llevaba atesorando este tutorial en Pinterest, pensando que sería la forma de asegurarme unas esquinas preciosas? Pues no, no es tan fácil. Ni la plancha marcaba bien las líneas ni mis dobladillos eran lo suficientemente regulares, de modo que no había forma de cuadrar las esquinas. Así quedaron:

Mi cámara no quiere enfocar bien el fiasco
(será para que se note menos, qué maja ella).
La próxima vez, tendré una charla seria con mi plancha antes de ponerme a trabajar e intentaré hacer los dobleces con una plantilla como esta. Esta página también lleva «pineada» en mi tablón de costura desde hace eones y al final no la he usado por pereza.

Mientras hacía la bandolera, antes de coser los aros, dudé mucho si hacer el doblez PMC normal o inverso. ¿Cuál sería más cómodo? Ahora ya no recuerdo cuál elegí, pero cuando terminé de plegarlo y me puse la bandolera, pensé que había escogido el incorrecto y me dio mucha rabia. Después me di cuenta de que lo único que hacía que mi bandolera no fuera reversible era el hecho de que se veía el hilo de la remalladora en el borde, porque la tela en sí era igual por los dos lados. Ummmm.

Dejé escapar esta maravillosa plantilla para hacer bies, de nuevo por pereza. Es que mi impresora es un poco temperamental, que conste. Se enciende o no según el día. Y bueno, de forma un poco rústica me hice una cinta de la misma tela del fular para darle la vuelta a la zona de la costura. Voilà, plegado reversible a gusto del consumidor.


Tras varias semanas de uso, puedo decir que cumple su función, pero también creo que el invento debe de ser más cómodo con una tela un poquito elástica. Por las descripciones que leí, entendí que era mejor que no cediera, pero yo creo que cierta elasticidad para que la tela se amolde un poco al hombro debe de venir bien. Eso sí, tendría que ser una tela elástica fuerte para que el niño no te acabe a la altura de la rodilla.