miércoles, 31 de julio de 2013

Una reliquia

Creo que si sigo yendo hacia atrás, encontraré algo que cosí cuando todavía estaba en la tripa de mi madre. No pienso volver a decir que algo es el origen de todo, porque ya van dos veces (aquí y aquí) y hoy he encontrado algo que cosí cuando estaba en la universidad. Lo que sí está claro es que hacer el blog ha sido todo un acierto, porque de memoria ando un poco corta.

El caso es que he ido en busca de un lápiz blanco para marcar una tela y, al ver el estuche en el que tengo guardadas estas cosas de costura, he pensado que se merecía una entrada.




No termino de recordar por qué me dio por coserme un estuche. Imagino que necesitaba uno y me pareció más sencillo coserlo que buscar uno que me gustara en las tiendas. Sí recuerdo que esta tela morada la compré para forrar las estanterías de mi habitación de estudiante (luego las plastifiqué). Qué maravilla aquella tienda de retales de la calle Tablas en Granada. Me pillaba a tiro de piedra de la facultad, tenía telas realmente baratas... ¡y qué poquísimo la aproveché!

Por entonces no tenía máquina de coser, así que las costuras las hice a mano con una paciencia que ahora no tendría ni de broma.

Puntadita a puntadita
Me sigue gustando mucho este estuche y sigue como el primer día a pesar de que no sobrehilé las costuras interiores ni nada. Eso sí, dejé un margen de costura kilométrico. La tela apenas se ha deshilachado, pero a precavida no me ganaba nadie.

También me hice unas cortinas negras chulísimas. Bueno, solo las hilvané a mano y mi madre las cosió con la máquina en unas vacaciones. Eran cortinas de puerta y las puertas eran de piso antiguo con techos altos. Si las hubiera hecho a mano, todavía estaría cosiéndolas. La idea era coserles estrellas plateadas (todavía tengo la tela plateada que compré para eso), pero al final nunca lo hice. Se ve que agoté la paciencia con el estuche.

¡Qué tiempos!

miércoles, 24 de julio de 2013

Otra mariquita

La pequeña Laia cumplía un año. ¿Una niña que cumple años? Pues habrá que coserle algo, ¿no? Líbreme dios de pensar en ningún otro tipo de regalo. :D

A su hermano le hice la camiseta del tractor y para ella me inspiré en la misma excursión por la montaña. Cuando paramos para comer, los niños estuvieron un buen rato buscando mariquitas. ¡Pues claro, una mariquita! A mí solo me hace falta media excusa para recurrir a las mariquitas... Me encantan.

No quería hacerle una mariquita muy típica y al final di con una mariquita «despatarrada» que me encantó: la peque siempre está sentada con las piernas bien tiesitas, sonriendo y dando patadas hacia fuera, feliz como una perdiz. Qué alegría.

Así quedó la camiseta.


Me da rabia que la patita izquierda se vea torcida por culpa de los pliegues. Espero que la barrigota de la peque le de la redondez que pide este aplique. ;)

La cosí entera con la máquina, con más o menos acierto. Las antenas me costaron muchísimo. Tendría que haberlas hecho a mano. Para las patas hice varias pasadas y no quedaron como yo quería, pero no están mal.

Los ojos son móviles de pegar, que ya comenté que me dan mucho mejor resultado que los de coser.

Y el botón en forma de flor de arriba a la izquierda lo puse porque la camiseta me gustó mucho por color y forma, pero venía con un floripondio ahí también de color azul pero demasiado historiado para mi gusto. No sé si a Laia y a su mamá les habría gustado más el floripondio que mi botón, porque tampoco les di a elegir...

lunes, 22 de julio de 2013

Tractor

Seguimos con más regalos, esta vez de cumpleaños.

Álex cumplía tres años y, aunque sus papás nos dijeron que no hacía falta regalarle nada, yo ya tenía en marcha una camiseta desde hacía tiempo. No tenía nada claro qué hacerle que pudiera gustarle, pero la solución vino en una excusión de montaña con él. Llevaba de la mano un tractor de madera y, al menos ese día, parecía gustarle. Que ya sabemos cómo son de veletas los niños con los juguetes...

Aprovechando que se lo prestó a Unai un ratito, le hicimos una foto:


¡Ya tenía modelo! Ahora solo quedaba reproducirlo en tela.

El gran inconveniente: no tenía ninguna camiseta para reciclar de un color naranja tan oscuro como el tractor, así que tuve que usar un naranja más claro. Y lo mismo pasó con el gris de las ruedas. Para el celeste, en cambio, tenía el problema contrario: todas mis telas eran demasiado oscuras. ¡¡Menudo fiasco!! Al final, solo iba a cuadrar el color rojo. Mala suerte.

Así quedó la camiseta por delante:


El eje de las ruedas son dos broches automáticos metálicos que había comprado para hacer los chupeteros. Como me dieron tan mal resultado como broches, no había vuelto a utilizarlos para su función, pero me vinieron de perlas para adornar esta camiseta.

Quería personalizarla un poquito más y no quería poner su nombre, así que decidí ponerle un tres detrás (por los años que cumplía el peque).


Y así es como se ve todo junto, porque el tractor va arrastrando el número con una cadena (hecha a mano con hilo más grueso y punto de cadeneta).

sábado, 20 de julio de 2013

El pequeño, de corbata

Pues eso, que en agosto nos vamos de boda. Siempre me ha parecido bastante cruel vestir a los bebés con trajes, camisas y prendas poco flexibles. Pobretes, con lo que les cuesta moverse ya de por sí, ¿por qué fastidiarlos aún más? Así que tenía claro que Elio iría con camiseta. Vale, sí, una camiseta viste más bien poco... ¡Hasta que le pones una corbata! Y eso tendría que ir a juego con unos pantalones para que quedara resultón de verdad.

Después de hacer el pantalón de Unai, no me apetecía complicarme, así que simplifiqué: no pensaba ponerle bolsillos, ni botón, ni cinturilla ajustable, ni cremallera ni nada de nada. Los haría con un retal que había comprado de una tela perfecta para la ocasión: como de traje, con espiga, de lino fresquito. Me quedaba tela de la de Unai, pero nunca me ha hecho mucho tilín eso de vestir a los dos niños iguales. Parece que el pequeño sea un mini-yo. Esto va a gustos, claro.

Hala, pues a coser. Así quedó el conjunto.


La parte izquierda de la corbata está regulín, regulán. El lino es bastante escurridizo, así que no fue fácil. No sé por qué la plancha no marcaba bien ese borde y no conseguía dejarlo recto. Al final me desesperé y lo cosí tal cual. Una vez hecha, vi que la parte de abajo de la corbata habría quedado más graciosa si la hubiera cortado al bies, como la parte del «nudo» pero en sentido contrario. Lástima.

No tenía patrón para pantalones de talla de un año, así que saqué yo el patrón a partir de un pantalón que le va bien al peque. Estos sí son más o menos como los pantalones básicos de MADE. Tienen goma por arriba, para que el chiquitín vaya cómodo. La cinturilla va doblada hacia el interior con la goma dentro. Simple.

El pantalón solito (¡vaya diferencia de color!)


La remalladora me vino que ni pintada, porque esta tela se deshilacha un montón. Me peleé bastante rato con las tensiones tras cambiar los hilos y creía que habían quedado bien, pero la verdad es que necesitaban un poco más de ajuste, como se puede apreciar en la foto.

Los dobladillos de abajo los añadí a última hora porque tuve un problema técnico y el pantalón me quedó demasiado justito de largo. Parece que siempre que saco yo el patrón la lío. Aunque el resultado final es un acierto. Mucho mejor así.

Dudé muchísimo entre hacer el pantalón corto o largo, pero al final me decidí por hacerlo largo porque la boda es a las 8 de la tarde y no sé cuándo refrescará. Por si hace calor, tengo un pantalón corto gris de lino que también queda la mar de mono con la camiseta de la corbata. Y una rebeca. Ya veremos qué modelito acaba luciendo mi pequeñín.

viernes, 19 de julio de 2013

El grande, cuasi casual

¡Dentro de nada nos vamos de boda!

Le he dado muchas vueltas a qué ropa ponerle a Unai para la boda de sus titos, que será el 17 de agosto. Y más vueltas he dado por las tiendas en busca de algo que me gustara, fuera arregladito y no me despeluchara la cartera. Meeeeeeec. Misión imposible.

Reconozco que hay varias cosas que me convencían, pero no me parecieron nada prácticas: no iba a ponérselas nunca más, a no ser que fuera a modo de disfraz, y la boda es por la tarde-noche, así que me parecía un sinsentido gastar dinero (y no precisamente poco) en algo que el crío solo se va a poner durante unas horas.

Al final, encontré esta camisa:


Me gustó. Sí, iba bien para una boda y tenía papeletas de volver a usarse después. Lo malo es que no había quien encontrara unos pantalones que le siguieran el rollo y, al final, decidí hacerlos yo. Compré una tela como de traje en azul marino, rescaté este patrón que me había descargado hacía siglos (en su versión con el frontal plano), me armé de valor y ¡tachán!

El color no se ve bien, es más azul.
Me encanta el rollo acampanadillo de los patrones de Dana.

Modificaciones al patrón:

- Añadí bolsillos, porque a Unai le encanta meterse cosas en los bolsillos. Sudores me han costado.


- La cinturilla la hice como pieza aparte, así que tuve que acortar el patrón por arriba. Llevo tiempo viendo ideas de cómo hacer esto, pero la última que recuerdo es este tutorial de Rojo Ababol. También utilicé una goma con ojales para que el ancho fuera regulable. Aunque parezca mentira, utilizar este método me pareció más sencillo que correr detrás de Unai para medir el elástico. Teniendo en cuenta lo que me ha costado probarle los pantalones para saber por dónde coger el bajo, creo que acerté. Hasta el día de la boda no sabré si le van bien de largo o no, porque fue imposible mantenerlo quieto dos segundos.

Estoy muy contenta con el resultado.
Y en esta foto se aprecia mejor el color real del pantalón.

- Cuando ya tenía la tela cortada, encontré a cierto chavalín tijera en mano customizando las piezas. ¡Aaaaaaaaaaaaaaah! Prometo que el corazón se me paró cuando lo vi. Pero al final no han quedado tan mal los parches, ¿no?

¡Complicaciones adicionales!

He usado mi maravillosa remalladora, porque esta tela se deshilachaba que era un gusto. Entre eso y que es más bien resbalosilla... ¡qué difícil de manejar! Este segundo proyecto con ella ha sido todo un reto, desde cambiar los hilos y ajustar las tensiones hasta hacer curvas y manejar varias capas de una tela resbalosa. ¡Más sudores!

Un lateral y la trasera del bolsillo.

Y ahora un detalle extra de la tela. Imagino que habrá quien se haya dado cuenta de que las costuras no están muy planchadas. Sí lo están, mucho, pero esta tela no se deja. No solo es desobediente, sino que se pone brillante si aplicas la plancha directamente. Me lo imaginaba y estuve planchando con un trapo en medio, pero una vez pasé de poner el trapo porque estaba planchando el interior del pantalón y...

¡Más accidentes y muchos más sudores!
Para compensar todo este follón de plancha al coser, la verdad es que la tela no se arruga nada ni cuando la lavas y eso se agradece mil.

En fin, después de tantas peripecias, así de conjuntadito irá Unai a la boda:


Estoy pensando en cambiar los botones, porque no me gustan nada en marrón. Si tengo algunos por casa que le vayan, me pondré a ello. ¡Y también tenemos plan B por si refresca (esta camisa ya la teníamos y todavía no se la ha puesto nunca, bu)!


jueves, 18 de julio de 2013

Almohada

Ahora damos un salto a la costura, a la costura sencilla. Y es que tenía que buscar un proyecto simple para estrenar mi remalladora, rematadora, máquina overlock o como quieran llamarla. ¡Qué ilusión! La tengo desde antes de Navidad porque me la pedí como regalo de Navidad y cumpleaños de varios años seguidos. No es un cacharro barato, no. Pero la verdad es que lo conseguimos a muy buen precio buscando en Internet. Así es:


Asusta un poco, ¿a que sí? A mí lleva varios meses haciéndome ojitos e intimidándome a partes iguales.

Hace tiempo que Elio se mueve y se mueve en la cuna buscando dónde apoyar la cabeza. Me di cuenta de que se quedaba frito en cuanto caía encima de mi brazo, así que empecé a ponerle un cojín finito que teníamos en casa. Lo malo es que la funda es bastante rígida, tiene cremallera y también tiene un poco de relieve por uno de los lados, así que no era nada cómoda. Necesitábamos una funda nueva.

También tengo que buscar proyectos para darle salida a la tela de mariquitas que usé para los regalitos de Candela. Compré bastante con idea de hacer una historia que al final no haré porque, a la hora de los tomates, la tela me parece demasiado femenina. Así que ya teníamos todo lo necesario: proyecto sencillo, tela y máquina. ¡Manos a la obra!


 Hice la funda como las que compramos en cierto mastodonte sueco del mueble «barato», cerrada por un lado y con solapa por el otro. Me gusta que así queda toda la almohada cubierta.


Lástima que corté la solapa demasiado larga y eso hace que sea un pelín complicado meter la almohada. Bueno, se tarda cinco segundos, que no es ningún drama. Pero si alguna vez vuelvo a hacer una funda de almohada así, la solapa la haré más pequeñita.

Y aquí un detalle de cómo queda la costura por dentro con la remalladora.


Profesional, ¿eh? ¡Ahora a perderle el miedo a la máquina y usarla para otros proyectos!

¡Sorteo de La Pantigana Shop!


Llevo ya un tiempo siguiendo el blog de La Pantigana, una de esas personas que me han animado a dar el salto a Internet y, sobre todo, a esforzarme por coser más y mejor. ¡Qué cosas tan bonitas hace!

Todavía no he hecho ninguna compra en su tienda, La Pantigana Shop, pero todo se andará. La próxima vez que me haga falta tela de camiseta, sudadera o puño, pienso hacer un pedido. Para este invierno tengo varias ideas. En cuanto sepa que tendré un pelín de tiempo, me lanzo a comprar y a experimentar.

Madre mía, cómo me enrollo.

A lo que iba. En La Pantigana Shop están de sorteo, ¡¡¡y yo quiero que me toqueeeee!!! Ya me tocó un viaje a Nueva Zelanda una vez, así que creo que he agotado toda la suerte que me tocaba en esta vida y varias más en lo que a sorteos se refiere, pero por probar... A lo tonto a lo tonto, se supone que debo de tener 7 participaciones.

Ay, si me tocara. Con esas telas elásticas tan bonitas, mi remalladora echaría humo.

miércoles, 17 de julio de 2013

Cohete

Esta camiseta la hice justo después de los bodies pintados, pero no la he colgado antes porque tenía que retocarla. Inicialmente, la hice solo con entretela adhesiva y pinturas (en rotulador). Fue muy rápida, claro.


Tras un invierno de uso, algunas zonas empezaban a despegarse un poquitín y pensé que era mejor ponerle remedio antes de que la cosa fuera a más. Así ha quedado después de coser un borde con la máquina (me sigue costando horrores...).


Parece como si los lavados le hubieran pasado factura al rojo, pero no es así. El rojo tiene ya cien millones de lavados en la primera foto. Imagino que se ve distinto por el cambio de luz al hacer la foto o algo así.

Ahora me arrepiento un poco de haber usado negro para todo. Debería haber hecho las partes rojas con hilo rojo para que no destacara tanto. Me lo apunto mentalmente al menos hasta que tenga bien dominada la técnica y las costuras me queden más regulares.

martes, 16 de julio de 2013

Una idea

Tenía una camiseta igual que esta amarilla pero en color caqui. Las costuras eran amarillo chillón, así que quería ponerle un dibujo de ese color... ¿Qué podría ser? ¿Un pollito? No, demasiado infantil para mi gusto... ¡Ya está! ¡Una bombilla!

Además de pegar la aplicación con entretela adhesiva, decidí utilizar la misma técnica de las pasadas imperfectas que en la camiseta del globo. Los alambres y el filamento los hice con rotulador textil, porque tenía ganas de sacarle un poco de partido a un rotulador amarillo fluorescente que compré por error (qué fácil es equivocarte al hacer clic cuando compras por Internet).

He aquí el resultado:


Todavía me queda mucho que mejorar con la máquina de coser, pero le voy perdiendo el miedo, que es el primer paso. La simetría llegará más adelante.

El rotulador ha aguantado estupendamente los lavados en esta tela. ¡Anotado mentalmente!

lunes, 15 de julio de 2013

Algo primitivo

Hoy vengo de arqueóloga.

Entre las cosas que rescaté de la caja de ropa de bebé, había una camiseta amarilla que había decorado deprisa y corriendo y sin apenas medios (por poner un ejemplo, la tela la corté con las tijeras de la cocina porque no tenía otras). Fue para un cumpleaños temático de Alicia en el país de las maravillas. El detallito de Unai fue muy sencillo:


Disculpas por las arrugas. La plancha y yo no nos llevamos bien en verano y he tenido un par de días bastante intensivos de costura (que conlleva mucha plancha), así que estoy en huelga de plancha para el resto.

Está hecha sin bastidor, ni pegamento ni nada más que un lápiz corriente y moliente para hacer el trazo temporal de las letras... Así quedó. Pero bueno, fue un «disfraz» gracioso. Quería haberle puesto un lazo como de etiqueta, pero no me dio tiempo a más porque tenía que ponerle la camiseta el peque y salir pitando a la fiesta.

Ah, para los que no pilotan mucho el inglés y se preguntan qué tiene que ver esto con Alicia en el país de las maravillas, «Eat Me» es lo que ponía la galleta que Alicia se come y hace que se vuelva gigante.

sábado, 13 de julio de 2013

Globo

Hoy vengo rápido, rápido a rescatar una foto que se me había escapado. Esta camiseta la hice poco después de la camiseta del león. Es la tercera de las camisetas que compré para hacer un regalo y que al final acabé preparando para Elio porque los bebés no tardan tanto en crecer como yo en hacer según qué proyectos.

Estaba un poco seca de ideas y no se me ocurría qué podía combinar con el marrón para, además, alegrarlo un poco. Al final me decidí por un dibujo muy simple: un globo. ¿Y si probaba a hacerlo a máquina, en vista de lo simple que era? Sabía que no sería capaz de hacer una costura perfecta, así que opté por el método de hacer varias pasadas imperfectas, a modo de dibujo esquemático.


Queda bastante bien, ¿verdad? Aquí no usé entretela adhesiva para que el globo quedara sueltecito. La idea era ponerle una cuerda colgando del nudo del globo, pero se quedó en eso, una idea.

Ah, a través de Pinterest también había descubierto un truco que me pareció muy útil: si pones un pañuelo de papel por detrás, es mucho más fácil coser estas telas elásticas; y una vez que terminas, lo arrancas y listo. Más tarde he visto que hay quien utiliza papel de seda. Habrá que probarlo. Aunque siempre tengo a mano pañuelos de papel, mientras que el papel de seda tendría que comprarlo expresamente y eso siempre da un poco de pereza.

viernes, 12 de julio de 2013

Regalito para Eric

Sinceramente, creo que la única desventaja de haber descubierto que me gusta coser es que ahora todos los regalos que se me ocurren son cositas de costura y digo yo que debe de haber más regalos interesantes, ¿no? Sin embargo, como disfruto tanto haciendo estas cosas y viendo el resultado, pienso que son los regalos más de corazón que puedo hacer... Bueno, ya llegará el día en el que tooooodo el mundo que conozco haya recibido alguna cutrada cosida por mí y me vea obligada a volver a las tiendas.

De momento, la lista de candidatos es larga, sobre todo porque cada vez hay más peques a nuestro alrededor.

En esta ocasión, le tocó el turno a Eric, el pequeñín de la que fue niñera de Unai (¡¡cómo te echamos de menooooooos!!). Pensé en unos pantalones y un body a juego con una aplicación en forma de corbata... pero fui incapaz de encontrar un body liso de manga larga en azul oscuro. Los que encontré eran de manga corta. ¡Menudo chasco! Bueno, improvisando. Añadí una sudadera al conjunto y cambié de aplicación: en vez de la corbata, haría su nombre en la sudadera. Una vez en faena, decidí añadir un gorrito también.



Eric tiene tres meses menos que Elio. Nació larguito pero delgadito y le costaba poner peso, así que adapté el patrón de recién nacido que había utilizado hasta ahora igual que para los pantalones naranja, pero según las necesidades del peque: añadí de largo pero no de ancho. Porque bien que crecía de largo, el tío. Se supone que la talla debía de ser de unos 3 meses.

Después de haber hecho el pulpo a máquina, me lancé también con estas letras, aunque utilicé una puntada distinta: la triple elástica (viene representada con tres rayitas paralelas). Gasta muchísimo hilo, pero queda muy bonita y, en principio, debería mantener la elasticidad en el aplique. La "E" quedó un poco fullera, pero las demás letras quedaron bastante bien. Creo que también ayudó que la sudadera no era elástica. Seguro que era un rollo ponérsela al peque, pero fue una compra impulsiva al ver el color. Esta tela de rayas que compré me encanta, pero es difícil de combinar como ella sola. El color de la sudadera era perfecto y lo demás me dio igual.

Para el gorrito utilicé el patrón de dos nudos que hay en este tutorial de Prudent Baby. La tela era demasiado gruesa para que quedaran bien los nudos. Lástima. Igual habría sido mejor hacer un solo nudo. A Elio con 5 meses le iba perfecto, aunque él es de talla pequeñita. De hecho, Eric ya es más grandote que él ahora que tiene seis meses (y Elio, nueve). ¡Ahora nos tocará heredar ropa a nosotros! Je, je, je.

jueves, 11 de julio de 2013

Otra ración de pulpo

Como ya comenté cuando hice este pulpo para regalar, los pulpos me encantan. Quería hacerle uno a Unai sí o sí, pero no quería repetir el diseño del que regalé. Así que me puse a buscar y encontré un diseño que me encantó, pero tenía muuuuchas curvas y me daba una pereza de la muerte coser tantos kilómetros y kilómetros de bordes. Y entonces pensé que ya iba siendo hora de que probara a coser algún aplique con la máquina. ¡Manos a la obra!

En el último momento, cambié de opinión y escogí una tela de color morada en lugar del naranja que tenía pensado. Vale, sí, confieso que es que había traspapelado la camiseta naranja que quería reciclar y no me apetecía aparcar el proyecto.

Decidí que no quería hacer la puntada en zigzag que suelen emplear para hacer los apliques. Será muy práctica, pero no me gusta mucho como queda. Así que usé una puntada normal, más bien corta, y ¡¡¡madre mía, cómo corría la máquina!!! No me daba tiempo casi ni a respirar. Creo que es la prenda que más me ha estresado mientras cosía. No me salí del dibujo ninguna vez, que sería lo que más se habría notado, pero la costura está muy irregular en cuanto a distancia del borde. En fin, al final no quedó tan maleja.


Creo que habría sido mejor buscar la camiseta naranja, pero a lo hecho, pecho. Al fin y al cabo, está resultona y este pulpo no se va a despegar ni de casualidad.

miércoles, 10 de julio de 2013

Pantalón de bebé con bolsillos

Después de los pantalones negros y de los morados que había hecho con el tutorial gratuito que encontré aquí, decidí probar a ampliar el patrón para una talla de 6 meses. Siguiendo el tamaño de un pantalón de esa talla, amplié el patrón por el centro (lo que sería la costura lateral de fuera, si la hubiera) y por la parte de abajo de la pierna. Añadí dos centímetros de ancho (uno en cada pernera) y dos de largo. La cinturilla la amplié también, claro.

Esta vez me apetecía probar a añadir unos bolsillos a media pierna. Fue bastante fácil, porque los hice cuadrados, pero la tela de camiseta se me estiraba cuando usaba puntadas normales. Elemental, querido Watson, es que hay que coser estas cosas en zigzag aunque no preveas que vayan a necesitar estirarse.

Este fue el resultado del experimento.


Quedé muy contenta a pesar de que se me saltaron algunas puntadas y las costuras de los bolsillos quedaron un poco feotas en la parte de delante. Por el culete están bastante mejor. También fue la primera vez que hice ojales y comprobé que no son nada fáciles... aunque estos me hacen el apaño.

Estuve buscando un cordón que combinara durante bastante tiempo y al final le puse uno negro que tenía rodando por casa. En cuanto le puse los pantalones al peque la primera vez, me di cuenta de que lo del cordón era mala idea: cuesta atar un cordón en una barrigota en constante movimiento y, además, el peque iba medio estrangulado para que el pantalón no se moviera. Solución: goma. Metí una goma por los ojales e hice una lazada con un trocín de cordón burdeos que encontré abandonado en una estantería de la cocina (luego me enteré de que era el atijo de las acelgas... viva el reciclaje). No tengo foto de eso a solas, pero sí con mi modelo favorito.


Ya, está borrosa. Foto de móvil en interior sin flash y con un bebé feliz en movimiento. ¡Demasiado bien está! El cordón burdeos se intuye. Está anudado entre los ojales y ya está, en plan decorativo.

martes, 9 de julio de 2013

Robot

Muchas veces me planteo cómo funcionan las máquinas de bordar automáticas. Debe de ser increíble eso de meterles un diseño y verlas trabajar solas, aunque también me parece que entonces la personalización de prendas pierde casi toda la gracia.

Al buscar dibujos de robots, encontré este diseño que venden ya hecho en la prenda que compres. Pensé que quedaría genial en morado y sin el corazón, que me parece un poco ñonete, así que me puse manos a la obra en una camiseta que tenía guardada desde hacía tiempo (hago acopio en rebajas).


Creo que este robot ya resume lo que he ido aprendiendo con las demás camisetas: tela pegada con entretela adhesiva y cosida después (aquí, a mano), ojos móviles de pegar, detalles pintados con rotulador textil resistente a los lavados de verdad... A mí, personalmente, me parece que quedó genial. No tardé tanto en hacer este dibujo como con otros y lo único que quizás haría ahora sería coser las manos, que las dejé sin asegurar con hilo porque no me gustaba resaltarlas con el hilo decorativo. Sin embargo, creo que lo suyo es coserlas aunque sea con hilo morado para darle resistencia a la camiseta.

De todos modos, ha aguantado fantásticamente hasta ahora y ya lleva bastantes lavados. La única incidencia que ha tenido es una mancha de lejía en la parte de abajo del cuerpo del robot, y es que Unai se mete en rincones de baños públicos que dan un asquito... Menos mal que «solo» era lejía lo que había. O eso espero.

lunes, 8 de julio de 2013

Portachupetes, sujetachupetes, chupetero o como se llame

Una vez más, Pinterest vino a inspirarme un proyecto al alcance de mis posibilidades y que, posiblemente, me viniera bien para el futuro peque.

Antes de que naciera Elio, Unai tenía menos de dos años y todavía seguía usando sus chupetes y su sujetachupete. Tenía uno de sobra, pero era de esos de cadenita de plástico, comprado en un apuro, y me gustaba más bien poco. Así que cuando vi este tutorial de MADE, guardé el enlace porque supe que lo haría.

De telas infantiles ando un poco corta. Bueno, de telas en general. Mi material de costura es una pila inmensa de camisetas viejas. Así que decidí hacer algo parecido pero con materiales distintos. Tenía un lazo que había comprado por impulso, sin saber muy bien qué iba a hacer con él, así que compré una cinta de algodón un poco más ancha y las pinzas de tirante que menciona Dana en en tutorial. Cosí el lazo a la cinta con una puntada en zigzag de un hilo de color distinto, para que resaltara, y quedó bastante bien:


Recuerdo haber colgado la foto en Facebook y comentar que ojalá no hiciese falta. Por entonces, Unai estaba muy enganchado al chupete y prefería que Elio no tuviera esa dependencia... pero ay, madre. Cuidado con lo que deseas, porque se puede hacer realidad. Elio no ha querido chupete ni en pintura, pero ha tenido el detalle de aficionarse a chupar el portachupetes que le hizo su mamá, al menos a ratos. Qué apañado mi niño, que lo usa para que no me sienta mal. Lo malo de que no quiera chupete es que es muy difícil calmarlo sin cogerlo en brazos y no siempre lo puedes coger (como cuando vas en coche, por ejemplo). Ahora mismo tiene casi 9 meses y, de momento, tampoco se ha aficionado a ningún muñeco ni se ha encontrado el pulgar. Ya veremos cómo acaba la cosa.

Hice otro chupetero para una amiga con materiales distintos. En vez de usar la cinta de algodón, cosí el lazo a un trozo de cinta al bies (abierta por la mitad) de color morado y, en vez de usar un automático, puse velcro. El velcro es un acierto, porque es más fácil de abrir y cerrar y es más duradero que estos cierres metálicos (ya los he perdido un par de veces, no sé si porque son de mala calidad o porque hay demasiadas capas de tela y no acaban de encajar bien). La cinta al bies me dio bastantes quebraderos de cabeza porque la máquina tendía a «comérsela». Mejor con la cinta de algodón, que es más gruesa.

Y bueno, en vista del poco éxito que tuvo el chupete, no he vuelto a coser ningún chupetero más, pero salí del proyecto un poquitito más experimentada.

domingo, 7 de julio de 2013

Pantalón y gorrito de punto

La siguiente cosa que quería hacer para Elio era un gorrito cómodo a partir de un jersey mío que me quedaba pequeño y hacía siglos que no me ponía. Un día vi en Pinterest estos gorritos, con tutorial incluido, y me guardé el enlance para cuando me pusiera manos a la obra.

A la hora de la verdad, fui a mi bola. Quería que el gorrito fuera doblado en el borde, no simple como los del tutorial. Y creo recordar que como patrón utilicé un gorrito de los que mejor le habían quedado a Unai. Recorté el gorrito de la parte del centro del jersey y, cuando terminé, la forma que quedaba me inspiró a intentar sacar unos pantalones también. El patrón que había hecho para los pantalones bombachos cuadraba casi perfecto (las piernas salían más estrechas) y, como no perdía nada más que el rato de coserlos, decidí terminar de cortarlos y coserlos. Así quedó el conjunto improvisado:


Al gorrito le cosí un par de tiras blancas, con un bordado simple en amarillo y gris, para tapar las costuras de los laterales en el doblez. Los botones en forma de copo de nieve servían para sujetar el doblez además de decorar.

Las perneras de los pantalones se podían poner como en la foto, con el bajo del jersey hacia dentro (talla recién nacido) o bien «desplegando» el bajo (3 meses largos).

Me encantaron. A Elio le quedaban genial, tipo leggin. Eran calentitos y cómodos para el peque, conjuntaban con cualquier body o chaqueta... Y el gorrito también era cómodo y calentito a la par que bonito. Creo que ha sido mi mayor éxito de costura, y más aún teniendo en cuenta que fue totalmente improvisado. Diría que es la cosa que he cosido que más comentarios positivos ha recibido y que menos cantaba a «hecho a mano» si le tapabas la parte de la cinturilla. ¡Éxito total!

Este pantalón también terminó sus días en manos de otra bebita, que iba igual de guapa con ellos que mi peque. A su mamá también le encantaron. ¡Son superfavorecedores!

Quizás, con suerte, podré reciclar las mangas (que todavía están ahí) para hacerle a Elio unos leggins este otoño... Ojalá. Aunque algo me dice que es difícil que se repita semejante éxito.

sábado, 6 de julio de 2013

Pantalón de bebé morado

Iba a empezar con un «¿Os acordáis de...», pero como no tengo lectores asiduos, no voy a hacer preguntas retóricas. Queda un poco raro, como de manicomio.

Cuando enseñé la camiseta de la geisha, ya comenté que la había hecho con una de mis camisetas favoritas... Pues esto es lo que salió del grueso de esa misma camiseta:


El patrón que usé es el mismo que el del pantalón negro, aunque le añadí un parche redondo en la pernera y esta vez sí que le metí un elástico a la cinturilla. Había encontrado uno bastante blandito, pero era demasiado estrecho. Baila dentro de la cinturilla y tampoco es cómodo. Menudo chasco. Otra cosa más que he aprendido. Aunque me encanta cómo queda el pantalón en sí.

En un principio, estos pantalones los hice para la hija de una amiga. Cuando me los imaginé, me parecieron demasiado femeninos para un niño porque la parte de las rayas tiene algunas hileras de hilo brillante plateado. Pero lo cierto es que, una vez hechos, me parecieron más que ponibles para mi pequeñín. Como la niña de mi amiga tardaría aún en ponérselos (era más pequeñina), aproveché para utilizarlos con Elio. Total, la tela tenía ya tropecientos mil años y lavados, así que unos lavados más no deberían notarse.

Me dio mucha pena que se le quedaran pequeños, porque estaba guapísimo con estos pantalones y un body verde. ¡Menos mal que fueron a otra peque! Que, al fin y al cabo, era su legítima dueña.

Aún me quedan algunos trocitos de esta camiseta y estoy segura de que tarde o temprano les encontraré uso.

viernes, 5 de julio de 2013

Pantalón de bebé negro

Sí, negro.

En vista del escaso éxito que tuve haciendo mi propio patrón (véase este post), me lancé a la búsqueda de un patrón gratuito aunque no fueran pantalones bombachos. Este tutorial me pareció sencillo y se adaptaba a mis necesidades: era muy fácil sacar las dos perneras de una sola camiseta, aunque fuera pequeña. Además, como los puños y la cinturilla eran piezas separadas, se prestaba a combinar telas y colores. Eso me venía especialmente bien, ya que no tengo mucha cantidad de ninguna tela en particular (sobre todo cuando las camisetas viejas son mías).

Me puse manos a la obra. Primer pantalón: negro y amarillo. No me apetecía «estrangular» la barrigota de mi peque con gomas (solo había encontrado gomas bastante rígidas), así que le hice una cinturilla ancha de tela de camiseta, sin elástico por dentro.


La foto es una porquería, lo sé. Quedaron bastante decentes y «solo» le vi tres defectos: que usé hilo negro para todo, así que en los puños amarillos se ven las puntadas; que la camiseta amarilla era taaaan vieja que había perdido mucha elasticidad, de modo que no fue buena elección para hacer una cinturilla; y que las rayas decorativas del puño y la cinturilla no están cuadradas (esto no podía evitarlo, ya que no me cuadraban los restos de camiseta).

A pesar de todo, me gustó mucho el resultado y a mi Elio le sentaban así de bien estos pantaloncitos.

¡Guapo!

Medidor

Hay proyectos que te llevan mucho más tiempo del que te esperas... quizás es que tengo que replantearme las expectativas que suelo ponerme, sí.

Llevaba tiempo con ganas de meterles mano a las cuentas Hama, porque hay gente que hace auténticas virguerías. Me compré el equipo básico para probar, ya que no es nada caro, y la verdad es que me ha gustado la experiencia. Eso sí, he tenido una dosis de realidad en cuanto me he puesto a trastear: las virguerías requieren mucho tiempo ¡y mucho talento!

Para empezar a tomarle el pulso a esta manualidad, pensé en hacer muñequitos para decorar un medidor de madera para mis críos. Como currarse los dibujos desde cero es algo que escapa a mis habilidades, me puse a buscar ideas en Internet y vi que los diseños para punto de cruz podían servirme. Peeero no me decidía y aparqué el proyecto.

Unos meses después, la niñera de Unai me dijo que iba a hacerle un babero de punto de cruz y me dio a elegir tanto el color del babero como los dibujos (tengo fama de ser tiquismiquis, no sé por qué). Elegí superhéroes, por supuesto, y esto es la maravilla que hizo:

¡Dice que se ofrece a hacer baberos por encargo!

De entre los diseños que me trajo para elegir, también los había de La guerra de las galaxias y no dudé en pedirle las plantillas para retomar mi proyecto del medidor.

Tuve que adaptarme a los colores disponibles en cuentas Hama y bregar con la imposibilidad de hacer medios puntos o rayas, así que algunos muñecos están un poco p'allá. Bah, cosas peores hay. Como entrenamiento ha sido fantástico y el resultado es decente.


La imagen está modificada, claro. El medidor está en una sola pieza. Todavía no lo hemos colgado y ya lleva hecho más de un año. ¡Menudo desastre! Bueno, me consuela pensar que así aguantan los muñecos más tiempo, porque Unai será un poquito más mayor y no se dedicará a arrancarlos. ¿O sí? Ya veremos cuando lo pongamos.

Meses después de hacer el medidor, descubrí que los diseños eran de Wee Little Stitches... ¡Y madre mía qué surtido tan impresionante! Hay muchísimos, demasiados casi. Yo los haría todos. Menos mal que la selección me vino prácticamente hecha en su momento, porque si no me habría muerto de la indecisión.

jueves, 4 de julio de 2013

Primeros pantalones


Busqué en Internet patrones de pantalones bombachos, los «cagaos» de toda la vida, porque me parecía que serían sencillos de hacer y me servirían para reciclar algunas de las camisetas que llevo guardando. En mis pesquisas di con un blog que se convertiría en una referencia: Para mi peque con amor. La pena es que el patrón que ofrecía Inma, la autora, era de talla de 3 años y yo quería bombachos para bebé. Intenté descargarlo de todas formas, para Unai, pero resultó estar en una plataforma de pago. ¡Vaya chasco!

Con las pistas que vi en el post, saqué un patrón de unos pantalones que tenía de talla de 60 cm, tres meses. Y en vez de usar un cordón para atarlos, les puse una cinturilla de goma (con goma unos, de camiseta elástica doblada los otros).


Me quedaron regulín regulán, sinceramente. El marrón lo modifiqué a posteriori para ponerle unos puños más en condiciones, elásticos, de modo que no se le subieran al peque por la pierna a la primera de cambio. Al ser el segundo intento, las costuras quedaron mucho menos rizadas. También les añadí el solete para alegrarlos un poco (y como guiño al nombre de Elio).

El gran error de los de rayas fue el paso del patrón a la tela. Fui dibujando el contorno sin usar pesos ni alfileres, así que se me meneó un poco y la parte de arriba, donde va el culete, acabó un poco más amplia de lo que debería. Me pareció un cambio poco grave, pero al peque no le favorecían nada de nada... Demasiado espacio extra incluso con pañal.

En resumen, fue un buen ejercicio de aprendizaje. ¡Y no pensaba darme por vencida!

miércoles, 3 de julio de 2013

Organizador de pared

Hace poco, he visto esto en Pinterest.


Oooooh, me he enamorado. Pinterest, ¡vas a ser mi perdición! No sé si lo habrá en las tiendas de España y tampoco tengo paciencia ni tiempo para ir buscando de tienda en tienda. Ya maquinaré algo.

Antes de descubrir esta maravilla, solo conocía los organizadores de pared clásicos, los planos con bolsillos de malla. En mi habitación no tenemos sitio para mesitas de noche y, madre mía, ¡cómo echo de menos una mesita! Un día pensé que podía intentar hacer un organizador de esos yo misma y eché cuentas. Tenía un retal de las cortinas y restos de una mosquitera que pusimos en nuestra habitación... Solo necesitaba cinta de bies.

Medí, corté, cosí y este fue el resultado.


Decente, ¿no? La pena es que, como ahora tenemos la cuna del peque, lo he colocado en una ubicación temporal y no he querido hacer agujeros en la pared, así que lo tengo colgado con alfileres (aguantan más de lo que uno se piensa) y suele acabar en el suelo cada vez que a Unai le da por jugar a ser Tarzán (eso no hay alfiler que lo aguante).

Ya que estoy hablando de esta tela, cuelgo también las únicas imágenes chiquitinas que tengo guardadas de lo primerísimo que cosí con mi máquina de coser: unos cojines a juego con las cortinas. Compramos bastante más tela de la necesaria y pude tapizar las sillas del salón y hacer los cojines de la misma tela, una loneta de rayas que me encanta. Todavía me queda algún trozo por ahí... Ya le encontraré uso. En fin, los cojines.


Los hice con cremallera y, sinceramente, pensé que me costaría más ponerla. Por aquel entonces no había descubierto la mina de información sobre costura que es Internet y tiré de sentido común solamente.


Vale, reconozco que el primer cojín tuve que descoserlo porque había calculado mal los pasos. Ahora lo haría de forma totalmente distinta, más fácil, ¡y utilizaría el prensatelas para cremalleras! Seguramente hasta me quedaría la cremallera oculta, como tiene que ser. A ver si me planteo algún proyecto con cremallera y descubro qué tal se me dan ahora.

Bodies pintados

Llegados a este punto, quería decorarle algún body a mi pequeño Elio, que pronto nacería. Con Unai había experimentado lo que es ponerle algo a tu bebé, echarlo a lavar, tardar una semana en poner la lavadora y, cuando está limpio, darte cuenta de que ya le queda pequeño. Frustración total.

No me apetecía hartarme de coser en los bodies, la verdad, así que me pareció un buen momento para probar a dibujar con los rotuladores textiles. No compré nada nuevo para Elio, así que me limité a decorar los bodies lisos que tenía de Unai.

En uno de ellos hice unos cuantos pajarillos según un dibujo que encontré por ahí (¡¡tengo que acordarme de guardar los enlaces!!).


En los otros, dibujé mariquitas (que me fascinan) y un dinosaurio la mar de mono (no es diseño mío tampoco, ojo).


Como estas cosas se quedan pequeñas tan rápido, no dio tiempo a lavarlas más de tres o cuatro veces. El body del dinosaurio se lo pasé a una amiga y, antes de dárselo, le pegué un repasito para que el color fuera más vivo, aunque no es que se hubiera borrado tanto. Los otros dos se han conservado bastante bien.

Vale, pintar es mucho más rápido que coser, pero no me satisface ni la mitad.

martes, 2 de julio de 2013

Búho morado

El resultado final de esta camiseta fue una grata sorpresa, un triunfo inesperado. Busqué un diseño de búho distinto del que le hice a Maya (que se puede ver aquí) y creo que acerté con las alas un poco más elaboradas. Las telas las escogí al momento, sin pensar demasiado, y me encanta la combinación.

¿Será señal de que tengo que ser menos calculadora? Parece que las cosas que pienso mucho quedan regular y las que hago sin pensar salen graciosas.


El cuerpo del búho, los ojos y el pico los pegué con entretela adhesiva solamente y han aguantado bastante bien los lavados, pero Unai se ha puesto esta camiseta muchísimo y acabaron despegándose un poco por los bordes. Antes de guardarla para Elio hice un poco de restauración y cosí todas esas partes a máquina, con hilo del color de la tela para que no se notara mucho, y quedó bastante bien. Igual actualizo el post con la nueva imagen cuando la camiseta salga de la caja.

En cuanto a las alas, están cosidas sin entretela adhesiva y eso les da cierta movilidad y volumen. Todo un acierto al tratarse de las alas del bicho.

Yoda

En vista de que la pequeña Maya escapaba con dos camisetas nuevas, la de la geisha y la del búho feliz, ¡algo habría que hacerle a su hermano, pobrecillo! Tras consultar con su madre sobre gustos del susodicho, tuve claro que le haría algo de La guerra de las galaxias.

Me muero de ganas de hacer una camiseta como esta. Ya se andará... Lástima que no encontré ninguna camiseta lisa marrón. Así que tiré por otro lado y acabé encontrando este diseño de Yoda. Intenté e intenté modificarle las orejas, porque no puedo evitar acordarme de los gremlins cuando las veo, pero no había manera de que quedara algo decente.


Cosas que no me gustan: que los ojos quedaron demasiado chillones, que la túnica tendría que haberla hecho cruzada como la imagen original y que dejé demasiadas cosas simplemente pegadas, así que imagino que la vida útil de esta camiseta sería un poco corta. Es curioso revisar todas estas cosas en el tiempo, porque te das cuenta de lo mucho que vas aprendiendo aunque sea a trompicones.

Ah, el otro gran defecto: la camiseta que compré se deformó al lavarla, así que la aplicación quedó descentrada. Creo que en la foto se puede apreciar que el cuello está totalmente retorcido... Es lo que tiene comprar camisetas excesivamente maluchas y no lavarlas antes de coserlas. ¡Otra lección aprendida! Ahora siempre lavo las camisetas antes de empezar a trabajar en ellas.

Hala, paquetito listo y rumbo a Granada.

Por suerte, Adrián (su dueño) reconoció a Yoda rápidamente y parece que a él no le importó que fuera tan orejón. Espero que haya podido ponérsela más de tres veces.