domingo, 30 de junio de 2013

Geisha

Este proyecto es de esos que te dejan mal sabor de boca. Me pasó como con la camiseta de los peces: lo pensé y repensé tantas veces, me lo imaginé de todas las formas posibles y creció tanto en mi cabeza que, una vez hecho, no cumplió para nada las expectativas.

La historia de cómo llegué a hacer esta geisha es curiosa. Llevaba mucho tiempo pensando en lo bonita que podría quedar una camiseta con este dibujo, pero era muy poco apto para nenes, así que aparqué la idea.

Mientras buscaba camisetas lisas de manga corta para Unai, vi dos expositores de esos circulares. En uno, los colores tristones habituales para niño: azul marino, blanco, gris jaspeado... En el otro, colores llamativos y preciosos: naranja, rojo, amarillo, azulones resultones... Al acercarme, vi que los colores bonitos eran los del expositor de ropa de nena y me quedé un poco chafada. Pero cogí una camiseta de cada expositor, las comparé y me pareció que eran prácticamente iguales a excepción de las mangas, que eran más cortitas en el modelo de niña. «Bah, me da igual, me llevo las de niña», pensé. Qué chasco tan grande cuando llegué a casa y vi que, por mucho que intentara ponerle las camisetas a Unai, su cabezolón masculino no entraba ni de casualidad por el cuello. Oooooooh.

No recuerdo por qué no fui a devolverlas. Seguramente por falta de tiempo, porque perdí el tíquet o por alguna otra razón peregrina. La cuestión es que la pequeña Maya, hija de una amiga, se ganó otro par de camisetas porque sí aunque ya tuviera estas tres.

Para vestir a la geisha, utilicé retales de una de mis camisetas favoritas de todos los tiempos, demasiado pequeña ya para este cuerpecito serrano. Y no, la geisha no le hace justicia al cariño que le tenía a una camiseta que llevaba guardando y trasladando por medio mundo desde segundo de carrera.

Así quedó la geisha:


Los ojos los pinté con el mismo rotulador Prym que los de las ovejas y corrieron la misma suerte: se borraron en el primer lavado. Por suerte, esta vez decidí lavar las camisetas antes de enviárselas a su destinataria y subsané el error. No sé cuánto habrá aguantado el rotulador textil Javana en esta tela rosa, pero espero que haya sido más de un par de lavados. No llegué a asegurar con hilo ni el pelo ni la boca ni la faja, así que me imagino que alguna de esas piezas, si no todas, habrá volado. ¡De todo se aprende!

sábado, 29 de junio de 2013

Momia

No sé muy bien cómo, pero un día encontré este tutorial para hacer una momia y me encantó. Lo vi simple y muy divertido, el proyecto perfecto para probar a coser algo a máquina. Sería la camiseta para el hermanito de quien recibiría la camiseta de las ovejas.

Yo no tenía pinturas para tela, así que la parte verde de la cara de la momia es de tela también. Hice un sandwich con esta tela verde y la blanca de arriba antes de coser. Primer defecto: la tela verde era bastante gruesa, así que la momia tiene más peso del que debería.

Las instrucciones del tutorial están bastante bien, así que no me voy a repetir. Yo alteré un poco las distancias de corte y los tamaños para adaptarlos a mis camisetas. He aquí la camiseta que hice para regalar:



Esta vez hice primero la de Unai para practicar y me vino muy bien, porque coser en círculo cuando la tela es elástica tiene su complicación. En ese sentido, la de regalo quedó mucho mejor.

En cuanto al detalle que comenta el tutorial de si poner la tela blanca con la parte que se enrolla hacia dentro o hacia fuera, yo creo que lo suyo es ponerla hacia dentro. De hecho, creo que es mejor que los cortes de la tela vayan en perpendicular a la dirección del hilo, que es lo que hice en la camiseta que regalé. De entrada, la de Unai parecía tener mejor pinta (cortes en paralelo al hilo y con la parte que se enrolla hacia fuera), pero al lavar la camiseta las «vendas» de la momia se enrollaron tanto que perdió toda la gracia. Intenté arreglarlo con un poco con pegamento textil, pero no, no es lo suyo.

Los ojos esta vez los pegué con pegamento textil y han aguantado muy bien los lavados en la camiseta de Unai. Espero que la que regalé también aguantara el tipo. Desde entonces, me he aficionado a los ojos móviles de pegar. Son herméticos, así que no les entra agua al lavar como ocurre con los de coser y, además, quedan bien fijos.

viernes, 28 de junio de 2013

Beeeeee

Como ya comenté en este post, tenía un regalo pendiente para unos mellizos que crecieron más rápido de lo que me habría gustado. Tardé un poco en volver a encontrar unas camisetas que me gustaran, pero al final lo conseguí: una burdeos y una gris. Sí, así de tristona es la ropa de bebé para niño. Habría querido colores más alegres, pero no encontré nada. En fin. Empecemos por la burdeos.

Me pareció que una oveja quedaría la mar de bien. La pregunta era: ¿blanca o negra? ¿Negra o blanca? Ante la indecisión, opté por hacerlas las dos y la verdad es que quedaron muy graciosas. Eso sí, me pasó como con la chaqueta del monstruo: me harté de dar puntaditas en tanta curvita pequeña. Aaaaaargh.


El doblez de la camiseta hace que la negra parezca más pequeña, pero no lo es.

Me gustó tanto el resultado que decidí hacerle una igual a Unai en una camiseta verde que había comprado el mismo día que la azul donde hice el pingüino (foto aquí).


Creo que la de Unai me quedó mejor gracias a las cosas que aprendí con la primera. Las cabezas inclinadas le dan un rollo gracioso. Y al alternar los estrabismos (dentro-fuera), queda todo más equilibrado. Así que otra lección aprendida: los ensayos, con las camisetas de mis niños para que las de regalo queden mejor. Además, gracias a que me quedé yo con una, pude ver cómo aguantaba los lavados este diseño. En general, muy bien. Pero para los ojos y las narices usé un rotulador textil permanente de la marca Prym que es un horror. En dos lavados casi no quedaba rastro de la tinta. Le escribí a mi amiga para decírselo y parece que ella tenía un rotulador para retocar esos detalles, así que me quedé chafadilla pero un poco más tranquila. Al menos podrían seguir usándola sin que las ovejas parecieran zombis.

En la versión de Unai, coloqué las ovejas más abajo porque quería ponerles un bocadillo en el que se leyera «¡Beeee!», pero al final nunca lo hice. Igual se lo añado cuando salga de la caja para su segunda vida con Elio.

Siguiente proyecto: la camiseta gris del otro mellizo.

jueves, 27 de junio de 2013

Algo de Cars

Tras muchas camisetas para mis peques, para practicar y para quitar cosas de en medio, les llegó el turno a los regalos de nuevo. Para el bautizo del ahijado de mi pareja decidimos comprarle un juego de Lego de Cars... y no podía dejar pasar la ocasión de hacerle una camiseta a juego. Roja, por supuesto, con los ojos de McQueen por delante...


Y con el nombre del peque detrás en la tipografía de la película:

Las letras me costaron bastante porque, aunque las puse con la entretela adhesiva, las cosí a mano para que no se despegaran. Por aquel entonces no sabía si se despegarían o no, pero preferí ir sobre seguro al tratarse de un regalo. Espero que hayan aguantado bien.

Al coser las letras, me di cuenta de que la entretela adhesiva deja la aguja un poco pegajosa. Se supone que no pasa, al menos al coser a máquina. Pero a mí se me quedaron los dedos pegajosillos. Puede que fuera porque cosí muy al borde y rompí la tela y el adhesivo. O puede que fuera por la temperatura de las manos. El caso es que Steam-a-Seam 2 sí que deja residuos de pegamento en la aguja, que conste.

Leoncio

Después de hacer la camiseta de la rana, todavía me quedaban dos camisetas más de talla de seis meses para Elio. Creo que no se nota mucho cuando miras este blog, pero me encanta el color naranja. Si visitas mi casa es más evidente.


Lástima que con el flash de la cámara se vea tan mal. Había poca luz para hacer la foto sin flash.

Me encanta la tela de rayitas de la melena, que es la misma que usé para la camiseta del nombre de Maya. Los ojos los pinté con un rotulador textil Javana y han aguantado los lavados perfectamente. La cara y la cola están con la entretela adhesiva solamente y, mientras que la cara ha aguantado bien, la cola se ha despegado y está que se va a perder de un momento a otro. Habrá que arreglarla antes de que pase, aunque mi pequeñito se va a poner esta camiseta más bien poco ya... He hecho cambio de armario y las cosas de 68 cm las voy a aparcar aunque todavía le vayan (justitas). Ya va siendo hora de darles uso a la ropa de verano de 71 y 74 cm, que tenemos mogollón de Unai.

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Edito para añadir la imagen de la camiseta tras cinco meses de uso intensivo.


Como se puede ver, la cola se despegó y he tenido que coserla a mano antes de «archivar» la camiseta. Y bueno, aquí se aprecian mejor los colores.

miércoles, 26 de junio de 2013

Abejas

Además de la camiseta roja que decoré con los ojos de Spiderman, tenía una camiseta azul de Unai que me apetecía decorarle a Elio. Me encanta cómo queda el azul con amarillo y las abejas siempre me han hecho tilín, así que la aplicación de esta camiseta la tuve muy clara desde el principio.


El celeste no me gusta nada, pero este tono azul petróleo me fascina.

Creo que tendré que coser las alas, que de momento solo están pegadas con la entretela adhesiva. Todo lo demás está cosido a mano. Bueno, aquí ya cuento con una mejora interesante: rotuladores para tela que me permiten hacer los ojos y las bocas rápidamente. Se supone que son permanentes tras plancharlos durante unos minutos, pero he descubierto que depende mucho de la tela. Las de camiseta, en general, pierden más tinta con los lavados que las telas normales de algodón. No me preocupa mucho porque, como los rotuladores los tengo en casa, de vez en cuando repaso estos detalles antes de planchar y vuelve a quedar todo como nuevo. Cuando hago algo para regalo, en cambio, intento usar los rotuladores lo mínimo posible porque nunca sé si esas telas aguantarán los lavados bien pintadas. Creo que empiezan a quedar feotas a partir de los 10 o 12 lavados.

Tengo un par de marcas de rotulador textil, los Fabricolor de ZIG y los Texi de Javana. Ninguno de los dos es infalible. El que sí era una basura era uno de la marca Prym: en dos lavados, adiós a la tinta. Tengo pendiente probar las pinturas para tela con pincel, pero no acabo de decidirme por ninguna marca en concreto.

martes, 25 de junio de 2013

Ojos de Spiderman

Esta idea es tan simple y llevaba rondándome tanto tiempo que no sé por qué no la había hecho antes.

El caso es que tenía un par de camisetas lisas de Unai que pensé que le vendrían bien a Elio. Si se las decoraba, contarían como ropa nueva aunque fuera heredada, je je. Una de ellas era roja y me pedía a gritos algo de Spiderman... Voilà!


Con esta camiseta hice como con la del pingüino: cosí lo blanco a mano y pegué lo negro con entretela adhesiva. Teniendo en cuenta que la tela de estas dos camisetas se parece mucho y que la tela negra es la misma, yo creo que debería aguantar bien hasta que se le quede pequeña a Elio sin necesidad de coser la parte negra. Pero ya veré si me aseguro y la coso cuando salga de la caja donde está guardada en espera del invierno.

domingo, 23 de junio de 2013

Pingüino

En las compras previas al invierno, encontré una oferta apañada de camisetas baratitas de manga larga y compré dos: una verde kaki y una azulona. La azulona quería decorarla con algo invernal. ¿Un muñeco de nieve? Me gustaba mucho esa idea, pero no di con ningún dibujo que me gustara y ¿he mencionado ya que soy una negada para dibujar?

Buscando, buscando encontré una alternativa igualmente «fresca»: un pingüino. El diseño que encontré en Internet me encantó. Lástima que no recuerdo dónde lo encontré.


Me encanta cómo quedó. La parte negra está pegada con entretela adhesiva solamente (tendré que coserla antes de empezar a ponérsela e Elio, aunque esta tela en particular ha aguantado muy bien los lavados). Lo demás está cosido a mano en hilo del mismo color que la tela. El pie izquierdo del pingüino tuve que moverlo de sitio y en la parte de arriba a la derecha se ven los puntos del pegamento temporal. Pensé que igual se iban con los lavados, pero no. ¡Así que hay que tener mucho cuidado de cuadrar bien las piezas desde el principio!

Una anécdota. Llevamos a Unai al hospital con esta camiseta y, al cruzarnos con un par de mujeres, una de ellas dijo: «¡Mira qué camiseta tan chula!» Estas cosas le suben la moral a cualquiera. Casi no cupe por la puerta de salida, y eso que era bien grandota.

jueves, 20 de junio de 2013

¡Croac!

Cuando una amiga mía tuvo a sus mellizos, corrí a comprar camisetas lisas para hacerles algo personalizado. Lo malo es que luego tardé cien siglos en ponerme manos a la obra, como me suele pasar,  y los bebés no esperan: crecen y crecen tan rápido que no te dan tiempo a dejar nada para mañana. Las camisetas que compré eran de talla de seis meses, las compré cuando nacieron y los niños fueron prematuros, pero se les quedaron pequeñas antes de que pudiera coserles algo.

Como no hay mal que por bien no venga, mi pequeño Elio vino en la época perfecta para aprovechar estas camisetas y, esta vez con más tiempo, sí que conseguí decorarlas antes de que hicieran falta.

Empecé con una de color crudo. Siempre había querido hacer una rana en una camiseta y me pareció que aquí quedaría fantástica. Al buscar en Internet, encontré este diseño y me enamoré al instante. Lo adapté a mis capacidades y materiales y el resultado me encantó.


Es una camiseta vistosa y divertida que Elio se ha acabado poniendo muchísimo en este invierno tan largo. De hecho, aunque es de talla de seis meses y Elio tiene ya más de ocho, le sigue cabiendo. Y de tanto usarla y lavarla, se ha empezado a despegar porque el cuerpo de la rana, la lengua y el cuerpo de la mosca solo los puse con la entretela adhesiva: la prueba de que el método rápido da resultados poco duraderos.

Desde que vi que pasaba esto (que ocurre más rápido con unas telas que con otras), ahora siempre repaso los bordes con una costura. En estos momentos estoy en proceso de arreglar esta ranita, porque me encanta y me gustaría que el siguiente peque que la use pueda disfrutar de la aplicación entera. ¡Pero tengo que comprar hilo rojo!

Bajo el mar

Hay ideas que me rondan durante muchísimo tiempo. Les doy vueltas y vueltas y, cuanto más lo pienso, mejor queda en mi mente. Pienso las telas, las formas, los procesos... Y a la hora de la verdad, la cosa se tuerce y al final acabo con algo que no se parece en nada a lo que me había imaginado.

Tengo un par de telas de camiseta de rayas que me encantan. Uno de los trozos es mínimo y el otro lo guardaba como oro en paño para hacer unos pantalones, pero sabía que me iba a sobrar un trozo. Así que pensé en hacer alguna aplicación con ellos y las rayas me inspiraron peces. Originalmente iba a hacer algas y demás, pero toda mi parafernalia mental se quedó en dos peces y una medusa.


A ver, no está mal. Pero no es ni la mitad de lo chula que me esperaba que quedara. Iba a ponerles burbujitas a los peces, pero al final abandoné el proyecto tal cual se ve en la foto porque dejó de inspirarme. No siempre se gana. ¿Quizá haya sido un fracaso porque estos bichos los he dibujado yo? Es más que probable.

Con esto terminé las camisetas del verano y ya solo me quedaba una pila grandota de camisetas de manga larga: un par de ellas para regalar, algunas que iba a regalar y que acabaría decorando para mi segundo hijo, otras de Unai que también quería remozar para mi segundo pequeñito... ¡Muchas ideas!

miércoles, 19 de junio de 2013

Batman

A veces, las ideas simples se acaban complicando mucho más de lo que te esperas.

Unai había heredado un par de camisetas lisas de un amiguito, una blanca y una negra. En la blanca hice a Simón el camaleón y para  la negra pensé inmediatamente en el logo de Batman. «Si recorto una tela amarilla que haga todo el contorno, puedo dejar el centro libre y la prorpia camiseta me hará de fondo...» Entonces, me lié haciendo puntadas chiquitísimas y descubrí que las gotas de pegamento temporal ayudan, pero no terminan de estabilizar la tela cuando el retal que coses es muy estrecho.

Para que sepáis de lo que estoy hablando, esta es la camiseta.


El resultado final no me termina de convencer porque no es práctico. Para que el murciélago quede bien definido, hay que plancharla después de cada lavado y eso de planchar se estila poco en casa. Creo que lo suyo es que el murciélago sea una capa de tela encima para darle cuerpo a la aplicación.

O bien se podría usar la entretela adhesiva Steam-a-Seam 2 para pegar lo amarillo y que quede bien fijo. Sí, creo que esa sería mi estrategia a día de hoy aunque después cosiera la tela igualmente para reforzar y evitar que se despegara con los lavados.

martes, 18 de junio de 2013

Simón, el dragón verde limón

Uno de los regalos que recibió Unai de su bisabuela Mati fue un cuento que venía con un peluche. El cuento, Lila y el dragón verde limón, nos ha gustado mucho desde el principio y el hecho de que tengamos a Lila físicamente en casa hace que a Unai le guste más. También ha sido una forma muy fácil de enseñarle el nombre del color morado, je je.

Pues esta camiseta la hice a partir de los dibujos de ese libro. El dragón verde limón resulta ser un camaleón la mar de mono, como se puede ver.

Simón, el camaleón
Ya, el mío no es verde limón... La razón es bastante simple: no tenía ninguna camiseta que reciclar de otro tono verde. De todas formas, a mí me encanta con este color.

En esta camiseta, acabé recortando un poco la tela que sobresalía y apuré tanto en cierto sitio que le pegué un cortecito a la camiseta. Así que otra lección aprendida: cuidado, cuidado, cuidado y más cuidado al recortar, porque te cargas el trabajo en menos de medio segundo. El cortecito no se nota tanto, pero a mí me da mucha rabia cada vez que lo veo. Llevo siglos pensando en coserlo y creo que al final no lo haré, porque Unai ha tenido la amabilidad de mancharse la camiseta de batido de chocolate y no consigo sacarle la mancha, así que Simón se ha quedado archivado en la pila de ropa por arreglar con doble tara. Pobre.

miércoles, 12 de junio de 2013

Rabbid

Hasta este momento, todas las aplicaciones las había hecho con retales de camisetas viejas. Ya he mencionado que guardo todos los lazos de las camisetas, ¿verdad? Pues ese toquecito de Diógenes se extiende a la ropa vieja. Me da mucha pena tirarla o darla y siempre guardo la esperanza de poder arreglarla o de volver a caber en esos pantalones que tanto me gustan... A veces pasa. De hecho, después de tener a mi primer hijo me quedé tan delgada que se me caía toda la ropa excepto las cosas que aún conservaba de cuando estaba en la universidad. Quien guarda halla, decía mi abuela, je je.

De entre los personajes de videojuegos, les tengo un cariño especial a los rabbids de Rayman. Siempre me han parecido muy graciosos y tenía ganas de hacer una camiseta con uno, pero no tenía ninguna camiseta rosa, así que tuve que comprar tela expresamente. No me salía a cuenta comprarla al metro, porque la tela de camiseta es difícil de encontrar y bastante cara, pero hay tiendas que venden camisetas muy baratas. Sí, seguro que las cosen personas en condiciones lamentables. A ver si no cómo es posible que salga más barato comprar una camiseta confeccionada y traída desde Bangladesh que comprar la tela al metro. ¡He ahí otro de los motivos que me animan a aprender a coser! ¿No estaría bien dejar de darles dinero a las multinacionales que explotan a sus trabajadores?

Bueno, que me voy por las ramas. Compré una camiseta de un color rosa feísimo para ser una camiseta, pero ideal para trocear y utilizar en mis aplicaciones. Lo malo es que era de tacto bastante resbalosillo y difícil de coser, así que utilicé Steam-a-Seam 2 para estabilizar un poco la tela. Tras lavar y usar la camiseta, creo que habría quedado mejor si hubiera usado la entretela adhesiva para la parte blanca también. Otra lección aprendida.

Aquí mi pequeño rabbid, con cara de empanado. Creo que no se aprecia, pero sigo cosiendo las piezas a mano y coso incluso las que pego con la entretela. Según mi experiencia, por muy bien pegados que queden los trozos inicialmente, tarde o temprano se acaban despegando.


Como el dibujo no es mi fuerte, utilicé esta plantilla que encontré en Deviant Art. Gracias, espio-lover-andrea.

También tengo que decir que estas camisetas que compré en Lefties fueron muy baratitas pero de una calidad dudosa. Son muy finas y se deforman fácilmente. Además, la tela no está bien cortada y las costuras se tuercen en cuanto las lavas. Creo que esto es otra de las ventajas de aprender a coser: entiendes qué cosas están bien hechas y cuáles no. ¡Lástima que compré bastantes camisetas de este tipo!

Aire veraniego

Una vez lista la camiseta de la flor de fuego, empecé a barajar dibujos con un toque veraniego para las otras dos camisetas que tenía: una negra y otra amarilla. Quería contrastes interesantes, así que la negra me pedía un dibujo rojo y la amarilla, uno azul. La combinación de amarillo y azul siempre me ha gustado muchísimo.

¿Algo veraniego, rojo y fácil de dibujar/coser? ¡Un cangrejo!


En un principio lo hice sin boca, pero quedaba la mar de rarete, así que le cosí la boca a posteriori. Unai iba guapísimo con esta camiseta.

Con los azules vi muchas más posibilidades, pero encontré este dibujo de una ballena por Internet y me enamoró.


Estas dos camisetas y la de la flor de fuego están entre mis favoritas. Quedaron muy monas y las camisetas en sí son sólidas, resistentes y con colores bonitos. Desde esto, he comprado muchas otras camisetas y la mayoría se deforman con los lavados. Estas, no. Ojalá las hubiera en más tallas y colores... y las siguieran vendiendo año tras año.

martes, 11 de junio de 2013

Una flor de fuego de Mario

Ya había terminado las camisetas de regalo y también las que había comprado para la primavera. Ahora tocaba meterles mano a las camisetas de manga corta que había comprado para el verano.

Hay muchos diseños de videojuegos y superhéroes que quiero hacer. Cada uno tiene sus debilidades y esas son las mías: los videojuegos y los superhéroes

Empecé por una flor de fuego de Mario. Sinceramente, me apetecía más hacer una planta piraña, pero me pareció muy complicada. Ya caerá en algún otro momento, como la setita de la vida extra...

Desde mi punto de vista, esta camiseta quedó preciosa. Muy vistosa y muy equilibrada. El mayor defecto: que las distintas capas de la flor son completas, no fui recortando el interior, así que es bastante gruesa y tarda un poco en secarse cuando no hace calorcito.



De todas las que había hecho hasta este momento, mi favorita. Además, Unai se la puso millones de veces durante el verano, ha pasado por la lavadora muchísimo y sigue casi como el primer día. Estas camisetas que compré en Kiabi son geniales.

¡Pulpo pirata a la vista!

Cuando le hice las camisetas a Maya, también quería hacerle algo a su hermano Adrián. La idea se me ocurrió rápidamente y, como para él no encontré oferta de 3 x 2, también finiquité su parte del regalo más rápido. Bueno, casi.

Tenía ya todo el pulpo cosido a mano y el parche puesto. Entonces, llegó el momento de poner el lazo y como se me quedaba un poco suelto, pensé ponerle un poquito de Steam-a-Seam y plancharlo para que quedara fijo... ¡¡¡Errooooor!!! El lazo se derritió, se pegó a la plancha y me fastidió medio pulpo. Aaaaargh, qué rabia me dio. Planché a baja temperatura y el trocito de Steam-a-Seam era tan finito que no sobresalía del lazo, así que sigo sin saber qué pasó. El caso es que me tocó descoser, recortar otro pulpo, volver a coser y poner otro lazo. Esta vez lo fijé con hilo y no me importó que quedara sueltecillo.

Gracias a esto también descubrí que el pegamento temporal es, efectivamente, soluble en agua y puedes despegar las telas si lo necesitas con solo mojarlas. Peeeero deja mancha, así que hay que tener cuidadito.

En fin, después de tanta peripecia, el resultado fue este.


Me encantan los pulpos y me quedé con las ganas de hacer uno naranja (en la camiseta roja pegaba cero)... Quizá más adelante.

Ya con todas las camisetas hechas, paquetito y rumbo a Granada. Es curioso: me quejo de que las tiendas tienen el triple de ropa de niña que de niño y resulta que, cuando me pongo a decorar camisetas yo, hago justo lo mismo. Mala, mala, mala.

Monstruito

Esta aplicación la empecé «a las bravas» y la terminé con rotulador temporal, pegamento, bastidor, tijeras buenas... Cuando la ves de cerca, se nota mucho la diferencia entre los trozos que hice sin ayudas y los que hice con este material tan útil. Por desgracia, tardé tanto en terminarla que el peque se la puso apenas dos veces... Hay veranos que de verdad son veranos y hace calor.


Aquí hay una referencia «friki» oculta

El rotulador temporal se ve porque tengo la fea costumbre de hacer las fotos en cuanto termino de coser las camisetas, antes de lavarlas. Ah, y los lazos de las cejas y la boca vuelven a ser recortes de esos que vienen en las camisetas nuevas. :)

Y ya que estoy hablando tanto de los materiales, les hago una foto y la dejo aquí para quien se pueda preguntar de qué estoy hablando. Seguro que hay otras marcas que funcionan igual de bien. Yo compré lo que había en una tienda especializada en patchwork que encontré aquí en Barcelona.



lunes, 10 de junio de 2013

¡El origen de verdad!

¿A que he dicho que la camiseta de The Punisher fue el origen de todo? Pues al buscar entre las fotos que he ido haciendo, me he encontrado un recordatorio de lo primero primerísimo que decoré. El muso sigue siendo el mismo, pero la prenda cambia. Cuando empecé a comprar ropa mientras estaba embarazada de Unai, ya me di cuenta de lo triste que era toda la ropa de bebé y, sobre todo, la de niño. Así que compré una chaqueta blanca y le cosí un monstruo naranja. ¡Algo vistoso entre tanto color pastel!


Le di muchas vueltas a cómo recortar y coser, pero al final me salió al contrario de lo que quería. De aquí también aprendí lecciones, claro, ¡como lo difícil que es coser sobre una tela con pelito! Si alguna vez tengo que volver a hacerlo, primero coseré todas las piezas a la pieza más grande y, luego, esa grande a la chaqueta. Y desde luego elegiré un dibujo que tenga menos recovecos... o pondré el dibujo sobre una base de bordes más regulares.

La parte de delante me parecía muy sosilla también, así que le cosí una tontería (porque ya estaba bastante cansada de dar puntadas con tanta esquinita del monstruo) y le cambié el lacito de la cremallera para que fuera a juego con mis muñequitos. Todavía no he tenido que comprar lazos, por cierto. Llevo años acumulando esos lacitos que ponen en las camisetas para colgarlas de las perchas. Se los corto porque yo las guardo en cajón y siempre me dio pena tirarlos. Así que esto es prueba más que visible de que tener un pequeño ramalazo del síndrome de Diógenes tiene sus cosas buenas.



Quedó monísima y Unai la usó mucho. Pero lo mejor es que después la usó nuestro segundo peque, Elio, y ha terminado el invierno con otra bebita que parece que también la ha usado un montón. ¡Qué maravilla!

Regalitos para Candela

Hoy toca enseñar algo recién hecho en vez de tirar de fotos antiguas. :)

Una amiga tuvo a su pequeña Candela hace poco más de un mes. Me han rondado cien ideas para hacerle un regalito, pero al final me decidí a hacerle una mantita con una tela que me encanta. La mantita me costó un poco más de lo que esperaba y no quedó tan bien cuadrada como me habría gustado, pero creo que está bonita y que cumplirá bien su función. La hice según los recuerdos que me quedaban de este tutorial y ahora veo que debería haberlo consultado de nuevo para evitar que las telas me quedaran descuadradas. Eso sí, a mí me gusta más mi versión con las esquinas redondas. En fin, por increíble que parezca, la mamá de la criatura no tuvo que coger la mantita con dos dedos para no asarse aunque sea de polar y estemos en Barcelona y a primeros de junio. Este año, el tiempo está loco.

Aquí está la mantita terminada.

¡Cuántas letras tiene este nombre, madre mía!
Como suele pasar, empecé a liarme con más historias y acabé haciendo también unos zapatitos. Hacía mucho tiempo que había visto y descargado este tutorial, pero no lo había probado nunca a falta de tiempo, telas apropiadas o bebé. Justo ahora que pongo el enlace veo que hay una versión «tuneada» con forro. Cachis... Bueno, me he peleado lo suficiente con la versión normal como para saber que la tuneada está un poco más allá de mis posibilidades, de momento. He tenido que descoserlos un par de veces y no han quedado tan bonitos como los del tutorial (¿cómo consiguen que queden tan levantaditos sin entretela?). Pero menos da una piedra. He aquí la prueba del delito.


Me da la sensación de que los míos han quedado mucho más alargados a pesar de haberlos hecho con el mismo patrón (supuestamente, que a veces creo que hay gato encerrado con según qué tutoriales :P).

En fin, terminé el regalo haciendo una tarta de pañales desechables «ecológicos» (que no lo son, pero parece que sí son más biodegradables que los normales). Hacía tiempo que me apetecía probar a hacer una tarta de estas. Creo que son una buena ayudita para los papás y quedan la mar de vistosas. Hay quienes cuelgan cien regalitos e incluyen bodies y ropita. Yo solo puse la mantita y los zapatos. Bueno, a última hora me acordé de que tenía una camiseta de lactancia negra sin estrenar que ya me viene grande y se la puse también por si a la mamá le venía bien (no aparece en la foto).